El Gobierno iraní reta a Londres y traslada a Teherán a los 15 militares detenidos
Irán presenta una protesta oficial por la "entrada ilegal" de marinos británicos en sus aguas territoriales
Los esfuerzos del Reino Unido para conseguir la liberación de sus 15 marinos capturados por tropas iraníes el viernes chocaron ayer con la intransigencia de Teherán. El Gobierno iraní insiste en que se encontraban dentro de sus aguas territoriales y que así lo han confesado en los interrogatorios a los que fueron sometidos después de ser trasladados a la capital. Londres niega esa acusación. Nadie tiene claro qué objetivo persigue Irán con esta crisis en un momento en que la tensión por su programa nuclear puede transformar un incidente menor en un conflicto.
El Reino Unido asegura que sus marineros se hallaban en aguas iraquíes
Nadie tiene claro qué objetivo persiguen los iraníes con esta crisis en momentos tan delicados
La agencia semioficial iraní Fars, por su parte, informó de que los 15 británicos habían sido trasladados a Teherán "para explicar su agresión", aunque Londres no pudo confirmar este extremo. La misma agencia citaba a un oficial sin identificar, según el cual el equipo de navegación del que disponían los marinos en sus lanchas "muestra que eran conscientes de que estaban operando en aguas iraníes y que los guardafronteras cumplieron con su responsabilidad".
"Están siendo investigados y han confesado que violaron las aguas territoriales de la República Islámica de Irán", declaró un portavoz militar iraní, el general Alireza Afshar, citado por los medios locales. Afshar aseguró que los británicos se encontraban bien de salud. "La investigación sigue adelante y no hay ningún problema", señaló. El portavoz también dijo, según la televisión iraní en lengua árabe Al Alam, que harían públicas las confesiones sin precisar cuándo.
El Gobierno británico ha negado en todo momento ese extremo y asegura que los ocho marineros y siete infantes de marina capturados, entre ellos una mujer, se encontraban en aguas iraquíes. El Foreign Office volvió a convocar ayer al embajador iraní en Londres para exigir la inmediata liberación de los 15. El Ministerio iraní de Exteriores, por su parte, citó a la encargada de negocios británica en Teherán, Kate Smith, para transmitirle una "firme protesta por la entrada ilegal de marinos británicos en aguas territoriales iraníes".
"Con los datos conocidos es muy difícil saber cuál era la situación de las lanchas británicas, pero en todo caso el proceder de los iraníes me parece extraño", declaró un capitán retirado de la marina mercante egipcia con larga experiencia en esas aguas. "Incluso si cruzaron la línea imaginaria por la que transcurre la frontera internacional, lo normal hubiera sido que les advirtieran por los altavoces y les conminaran a abandonar la zona", añadió antes de recordar que la disputa por esa linde desató la guerra entre Irak e Irán (1980- 1988) y "puede provocar otra".
El Chatt el Arab, la vía de agua donde confluyen los ríos Tigris y Éufrates, y que los iraníes conocen como Arvandrud, ha sido históricamente fuente de discordia entre ambos vecinos. Aunque desde el acuerdo de Argel de 1975, fijaron la frontera en la mitad de esa corriente, Sadam Husein denunció el tratado cinco años después e invadió Irán. El armisticio de 1988 no solucionó el contencioso. La captura de los británicos el viernes se produjo justo en la boca del estuario, el único acceso al mar de Irak y por donde salen todas sus exportaciones de petróleo.
El comodoro Kevin Aaandahl, de la Quinta Flota estadounidense, con base en Bahrein, aseguró ayer que los barcos de la coalición respetan el acuerdo de 1975 y que estaba claro que los marineros británicos se encontraban en aguas iraquíes cuando fueron apresados. Sin embargo, el responsable militar iraquí de las aguas territoriales, el general de brigada Hakim Jassim, sembró dudas al declarar que "pescadores iraquíes les habían informado de barcas británicas en una zona fuera de control iraquí".
En cualquier caso, que el incidente se haya producido justo la víspera de que el Consejo de Seguridad apruebe un nuevo paquete de sanciones contra Irán por su programa nuclear, sólo alienta las especulaciones. Sin embargo, el retraso en la reacción inicial de las autoridades iraníes cuestiona esa interpretación.
"Tardaron mucho en reaccionar; da la impresión de que los Guardianes de la Revolución hubieran actuado por su cuenta y que el Gobierno tuvo que hacer frente a unos hechos consumados", manifiesta un observador árabe en Abu Dabi. En efecto, la captura de los británicos se produjo a las 10.30, hora local (dos horas menos en la España peninsular), pero no hubo ningún comentario oficial iraní hasta 12 horas después, demasiado tiempo incluso teniendo en cuenta que se trataba de un viernes en medio de las vacaciones de Nowruz (el año nuevo iraní).
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