Una universidad al servicio del arzobispo

Aseguran quienes lo conocen que el arzobispo Agustín García-Gasco ha dicho más de una vez que su archidiócesis se apoya en dos columnas: los sacerdotes y la Universidad Católica. Y que se fía más de la segunda.

Después de cuatro años de funcionamiento, laminados quienes defendían otra concepción de la educación católica y del papel que la Iglesia debe tener en la sociedad, los engranajes de la universidad funcionan como la seda. Para que pueda servir de "camino de auténtica evangelización de Valencia" -según dijo García-Gasco el lunes pasado-, sin embargo, necesita crecer.

Hasta ahora la Católica es lo que era Edetania: una de las 23 escuelas de Magisterio creadas por la Iglesia española a principios de los años setenta y adscritas a universidades civiles. Nacidas al calor del Concilio Vaticano II, de una visión progresista de la Educación y de una idea abierta de la Iglesia, que debía transformar el mundo desde las propias estructuras sociales. Hoy Edetania no es ni la sombra de aquello. En parte porque han cambiado los tiempos, la Iglesia y la sociedad.

Pero Edetania atrae alumnos y puede considerarse rentable. El resto de la universidad difícilmente lo es. Concederle la facultad de Medicina, un plan personal del presidente Camps, equivale en cierta forma a refundar la universidad: Darle cuerpo y garantizar hasta cierto punto su continuidad. Aunque eso tampoco es seguro. Las licenciaturas como Medicina u Odontología (otra de las carreras del paquete sanitario entregado al arzobispo) son caras de mantener, por mucho que las Administraciones se comprometan a facilitar recursos públicos mediante convenios con hospitales o con la cesión de terrenos. Las Administraciones, además, pueden cambiar de color político. Y la archidiócesis de Valencia no se distingue por una economía boyante.

Quizá por eso, desde hace ya algún tiempo, una idea recorre los pasillos de la Católica. Si los números no cuadran y la cosa se pone fea, muchos creen que la salvación llegará desde Navarra. La universidad del Opus Dei podría lanzar una OPA sobre el centro fundado por García-Gasco (a quien le quedan como máximo tres años para jubilarse) y convertirla en una extensión. Ya ha ocurrido en Madrid y en otras ciudades. Quienes así piensan señalan las frecuentes conferencias y cursos que profesores de aquella universidad vienen ofreciendo en la Católica. Y el importante número de supernumerarios que acogen sus departamentos.

La mano derecha de García Gasco es el rector José Alfredo Peris. Hijo del político de la UCD José Peris Soler, defensor, de joven, de una iglesia cercana a los marginados, alejado de los fastos y vestido en aquella época con la misma ropa que reunía para los pobres en la parroquia San José Obrero de Burjassot. Peris cambió profundamente. Después se le encargó cambiar Edetania y finalmente dirigir la universidad. Para que respondiera exactamente a la idea de Iglesia que tiene el arzobispo.