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La jugada de Correa

Fernando Gualdoni

¿Cómo llegó Ecuador a esto? El pasado 15 de enero, al asumir su cargo el presidente Rafael Correa, convoca una consulta popular para otorgar poderes especiales a una Asamblea Constituyente que reformará la Carta Magna. Más tarde, el Congreso -donde Correa no tiene ningún diputado propio porque su partido, Alianza País, no presentó candidato alguno en las elecciones de 2006- debe legitimar la convocatoria. Pero el Parlamento no lo logra porque 57 de los 100 diputados se oponen tajantemente. Entonces entra en escena el Tribunal Electoral que, saltándose al Congreso, aprueba el estatuto para crear la Asamblea Constituyente.

Aquí ya saltan las chispas y se produce un enfrentamiento que, más que una cuestión de Estado, se convierte en una guerra de ataques y revanchas, donde todos pierden los papeles y empiezan a cruzar insultos, incluso entre correligionarios de la oposición a Correa. El Tribunal Electoral, enfrentado al presidente antes de ganar las elecciones, se vuelca en su favor y destituye a los 57 diputados y éstos, a su vez, piden la cabeza del presidente del tribunal. La crisis está al rojo vivo.

Llega entonces la jugada que culmina ayer con un resultado en principio favorable a Correa: la designación de diputados suplentes para ocupar el lugar de los electos en primer lugar. Eran 21 y entraron de madrugada al Congreso. Aunque todos pertenecen a partidos enfrentados a Correa, no tienen disciplina de partido. Los primeros de las listas electorales siempre han sido políticos, mientras que los segundos son, básicamente, gente corriente (maestros, conductores, dependientes, etcétera). La cúpula de los partidos a los que pertenecen apenas los conocen.

Ayer, lo que logró Correa fue cambiar a los políticos "históricos", a los que acusa de ser "clientes" de la política, por gente nueva. Personas de las más variadas profesiones que de cobrar 600 o 700 dólares al mes pasarán a ganar 3.800 y tendrán poder. Ahora son ellos los privilegiados y, en buena parte, gracias a la revolución de Correa. El presidente, sin tener un solo diputado, prácticamente ya tiene un Congreso casi afín.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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