El vértigo de armonizar

Muy pocas veces la palabra "armonización" ha generado tanta disonancia. La posibilidad de que el Parlamento aplique por primera vez la Ley de Armonización, Coordinación y Colaboración Fiscal de 1989, debido al desacuerdo entre el PNV y EA en Guipúzcoa sobre el tipo del impuesto de Sociedades, no gusta a casi nadie. Las diputaciones de Vizcaya y Álava ya han dado los primeros pasos para fijar el tipo de este impuesto en el 28% para grandes empresas y 24% en pymes, pero PNV y PP no tienen en Guipúzcoa la mayoría suficiente y EA, con el apoyo de la oposición, puede situar el gravamen en el 30%.

La intervención del Parlamento para "imponer" un tipo armonizado en los tres territorios, cuando sus Juntas Generales tienen la competencia exclusiva de regular los impuestos, descorcharía el debate sobre la propia naturaleza del sistema foral, opinan expertos y juristas. El catedrático de Hacienda Pública de la UPV Ignacio Zubiri tiene absolutamente claro que la Ley de Armonización atribuye al Parlamento vasco la capacidad para regular los tipos de gravamen. "Bastaría con que el OCT [Órgano de Coordinación Tributaria en el que están el Gobierno y las tres diputaciones] dijera que hay que armonizar el tipo para que el Parlamento legislara en ese sentido", dice. El OCT es el único ámbito de aplicación de la ley que se ha desarrollado desde su publicación en 1989, y donde se pactó el gravamen del 28%. No obstante, Zubiri ve chocante que se reclame la armonización por una posible diferencia de dos puntos entre el tipo de Guipúzcoa y el de las otras dos provincias, "cuando vamos a tener una diferencia de casi cinco puntos con el resto de España y se defiende en Europa esa capacidad diferenciadora como una especificidad del modelo vasco".

"Ni la divergencia en el tipo ni la armonización a machetazos. Sólo sirve el consenso"

Las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa van a debatir el jueves el proyecto de norma en comisión. El PNV y el PP van a sacarlo adelante con el tipo del 28% en Vizcaya y ya lo hicieron el pasado viernes en Álava. Aunque EA aseguró que va a votar en contra en las Juntas Generales de Guipúzcoa, algunas fuentes sostienen que, después de una semana de presiones por parte del PNV y, sobre todo, de las organizaciones empresariales y de empresarios próximos, podría reconsiderar su postura y abstenerse. En caso contrario, se abriría un debate de consecuencias imprevisibles sobre el actual sistema de legislación tributaria en Euskadi. "Aplicar la Ley de Armonización cerraría un frente, pero abriría otros no deseados", indican fuentes de los servicios jurídicos de la Diputación de Vizcaya, en referencia al modelo de organización interna del país. En este sentido, desde la Diputación alavesa se alega que para definir la coordinación entre territorios la ley maneja conceptos como "presión fiscal global similar" que permitiría tipos diferentes, siempre que el OCT considerara aquélla equilibrada.

Fuentes jurídicas del Parlamento vasco indicaron, aunque a titulo personal, que "abrir el melón de la foralidad por dos puntos en el Impuesto de Sociedades tiene muchos riesgos". Zubiri opina que en este caso "no es aceptable ni la divergencia en el tipo, ni la armonización a machetazos. Sólo sirve el consenso".

Pero en el caso de que el Parlamento tuviera que armonizar el tipo del 32%, el PNV y el PP se encontrarían con otro problema. No disponen de mayoría suficiente en la Cámara.