147 afectados denuncian daños por la explosión pirotécnica en Valencia
Los vecinos hacen recuento de los desperfectos mientras bomberos y operarios desescombran y retiran cristales rotos
Bomberos y empleados municipales se afanaban ayer en eliminar las huellas de la destrucción en la calle de Azcárraga de Valencia, que el viernes esquivó por pocos minutos la tragedia al explotar una furgoneta cargada con material pirotécnico. El único de los 17 heridos de la deflagración que permanecía ingresado en hospital recibió por la mañana el alta, mientras los vecinos se recuperaban del susto y hacían cola ante un furgón municipal para denunciar los daños sufridos. El Ayuntamiento registró 147 actas de comparecencia, que corresponden a 120 viviendas, a bajos comerciales y una docena de coches cuyos daños serán comunicados a la Policía Nacional -que prosigue con la investigación y no ha especificado aún la carga de material pirotécnico- y a los seguros. Cristales rotos, persianas torcidas, un ascensor parado, enseres por los suelos... "El comedor está negro, es un siniestro total, no tenemos ni luz", resume María García, de 58 años, vecina de uno de los edificios más afectados. "Esto es muy fuerte, dejar una furgoneta ahí sin seguridad ni vallas. Es una irresponsabilidad", comenta a su lado su nuera Mónica. La familia, de seis personas, pasó la noche fuera de casa, al igual que otras siete más -el Ayuntamiento realojó a cuatro-. El resto de vecinos tardó horas en poder regresar a sus pisos, hasta que se certificó que los edificios eran seguros.
"El comedor está negro, es un siniestro total. No tenemos ni luz", dice una vecina
La primera noche tras la explosión la pasaron los afectados en precario, con cartones y plásticos en las ventanas rotas, y con el miedo en el cuerpo. "No es para contarlo, es para vivirlo", explica Leonor Barbosa, de 78 años, que estaba sola en casa cuando vio "el fogonazo" y todo tembló. Fue sobre la una de la tarde del viernes, cuando de la furgoneta de la pirotecnia Quiles, SL, de Turís, comenzó a salir humo. El pirotécnico, que preparaba una bicimascletà de escasa potencia -seis rollos de traca china- dio la alarma a gritos para que la gente se alejara. Decenas de niños jugaban en la calle a la espera de una gran paella. La catástrofe se evitó por minutos. "A mí me salvó la cortina, me protegió de los cristales rotos", asegura Leonor. "No es de recibo que estas furgonetas circulen por la ciudad", critica su hijo Antoni Pérez, de 39 años.
"Si no está el descampado se caen dos edificios", comentan G. M. y V. C, que consideran lo ocurrido "responsabilidad del Ayuntamiento". El solar junto al lugar donde aparcó la furgoneta alivió la onda expansiva del estallido. "Mis hijos estaban en el balcón y los entré a toda prisa. Yo me caí hacia dentro", cuenta Arshad Abbas.
La Falla Azcárraga ha retomado el ritmo de la fiesta. Tras la explosión, los falleros cenaron en la calle de al lado y ayer los niños recogieron el primer premio de su sección. "Estamos muy bien", afirma Miriam Gil, que cree que "el accidente podría haber ocurrido en otra calle". La mujer aplaude a la alcaldesa, Rita Barberá, que acaba de recorrer la calle y alaba el "intensísimo trabajo" de bomberos y operarios, que reconocen los vecinos, para desescombrar y limpiar. La reposición de ventanas y puertas ya ha comenzado. Preguntada por el control al reparto de material pirotécnico, la alcaldesa afirma que el Ayuntamiento no sabe cuántas son "ni a qué horas circulan". La Federación de Pirotecnia les ha dicho que los permisos estaban en regla y les explicado la normativa para trasladar el material, admite la alcaldesa. El Consistorio anuncia que intensificará la vigilancia tras consultar a las fallas por los actos con pólvora pendientes, y apunta hacia la Delegación del Gobierno para la gestión de permisos.
El candidato a alcalde de EU, Amadeu Sanchis, exigió a Barberá que "asuma su responsabilidad en el descontrol" del material pirotécnico y criticó que pidiera "pólvora para todos". El delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, pidió que se "extremen las precauciones".
Por otro lado, las fallas mayor e infantil de La Mota, en Burriana, sufrieron ayer importantes destrozos, en "un acto vandálico", según el Ayuntamiento, informó Efe.
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