Contemplación del voley playa
A Javier Bosma y Pablo Herrera
Wincklemann comparaba
el Torso Belvedere con un roble.
Pero el mármol, los troncos de los árboles,
hasta el propio Tratado sobre la
fuerza del sentimiento de lo bello
sólo son episodios.
La playa. El aparente
alboroto solar de estos atletas,
resumido en centímetros
que la Federación ha decretado
para sus bañadores de surfistas.
El apoyo de dj's y de grouppies.
El raro privilegio
de que allá donde vayan
llevarán el verano.
Todos los atributos de la fiesta
movilizados contra los sombríos.
La arena, que propicia el pensamiento
abstracto.
Platón en el Parménides: Lo que está en
movimiento
se dirige al reposo. El podio. Dos perfiles.
Comprendemos ahora su camaradería,
sus edades, sus dos generaciones
que miran a futuros diferentes.
El hecho de que esté
más construida la musculatura
del mayor, tantas horas
de simultaneidad, que no pensamos
en aquellos gemelos de la constelación,
sino en categorías
políticas, al ver
dos colegas perfectos,
iguales en poder
lo mismo que los cónsules romanos.
Éstos son los que tienen contacto directo
con la arena.
Poema de Olímpicas (El Gaviero Ediciones).
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