Justicia avisa a Batasuna de que exigirá cumplir la Ley de Partidos

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, dio a entender ayer, en su primera comparecencia ante la Comisión de Justicia del Congreso, que afrontará las reformas legislativas pendientes, con o sin apoyo del PP, para sacar adelante leyes orgánicas como las del Estatuto del Ministerio Fiscal o la Ley Orgánica del Poder Judicial y la reforma de la oficina judicial. El ministro envió un claro mensaje a Batasuna al subrayar que ha dado instrucciones de extremar la vigilancia en el cumplimiento los requisitos de la Ley de Partidos Políticos sobre "toda formación política que pretenda presentarse a las elecciones y tenga visos de connivencia o sucesión con partidos ilegalizados u organizaciones terroristas, para instar su ilegalización".

Fernández Bermejo ensayó con el PP una propuesta de diálogo "que, desde el respeto, nos lleve a entendernos, incluso en el desacuerdo" y a cambio recibió del portavoz del PP, Ignacio Astarloa, una catarata de descalificaciones rayanas en el insulto y la negativa tajante a cualquier forma de colaboración: "No tiene ningún futuro", le espetó como despedida.

El ministro mantuvo un tono institucional y conciliador durante las cinco horas que se prolongó la comisión, en la que se propuso que los tribunales "recuperen el sosiego necesario para poder cumplir estrictamente con su función, sin agobios ni interferencias de los poderes políticos, mediáticos, económicos o sociales". "Todos somos responsables", dijo, "de la imagen politizada que los ciudadanos tiene de la Justicia. Todos somos responsables si permitimos que esa imagen se traduzca en dudas sobre las resoluciones que dicten los tribunales en aplicación de la ley, en desconfianza de los ciudadanos hacia unos tribunales y jueces deslegitimados". En ese sentido, señaló que intentará contribuir, en la media de sus posibilidades, a la renovación del Consejo del Poder Judicial, haciendo valer el deseo que el organismo le comunicó el pasado 28.

El saludo del PP

Por su parte, el portavoz del PP, Ignacio Astarloa, le saludó refiriéndose a "las muchas minas que usted ha sembrado en muchos años de fiscal sectario de la izquierda judicial radical" y a partir de ahí, le tildó de "arrogante", "patético", o "activista de sus propios prejuicios", le acusó de ser "estrella de la bronca", de "venir a hacer el trabajo sucio para controlar el Poder Judicial" y de "atacar por tierra, mar y aire al PP".

Tras prevenirle de que "tendrá la respuesta jurídica y política que merece" si sigue "utilizando sectariamente el aparato del Estado" para perseguir al adversario político, arremetió contra el fiscal general: "De usted y de su desdichado fiscal general del Estado depende que ETA no vuelva a las instituciones y que la ilegal Batasuna no siga campando a sus anchas".

Como "reflexión final", Astarloa le imputó haber sido un fiscal "que descalificaba las leyes", "boicoteaba los juicios rápidos" "inundaba de querellas a las administraciones del PP" o "insultaba y después demandaba a los ministros". De despedida, el diputado popular no descartó que el ministro pase "a la práctica de la abierta ilegalidad y continúe haciendo y diciendo cosas tremendas e inconstitucionales".

Fernández Bermejo no perdió la compostura e incluso dejó de evidencia que fue el portavoz del PP quien perdió los papeles de la más elemental cortesía parlamentaria. Con humor no exento de ironía, el ministro admitió que había llegado "en mal momento" y que "debería pedir perdón por haber osado aceptar el ministerio". "Señor Astarloa, yo es que le quiero, ¿qué le vamos a hacer? Usted me gusta y le tengo por hombre de Estado desde su etapa en Interior. Usted tiene ahora una especie de trastorno transitorio, pero espero que abandone y vuelva a la vía en que yo le reconozco y aprecio". El ministro sólo criticó a un grupo muy reducido de dirigentes del PP, "en el que yo confío en que usted no siga estando", le dijo, "porque España le va a necesitar a usted de futuro; a otros no, otros van a desaparecer porque el pueblo al final es implacable".

En el capítulo de realizaciones, el ministro destacó que en seis meses pretende convertir en ley el Estatuto del Ministerio Fiscal, habrá una nueva distribución de funciones entre jueces y secretarios judiciales y adaptará la Administración de Justicia al Estado autonómico mediante el desarrollo de la función casacional de los tribunales superiores de justicia reservando al Tribunal Supremo la función de unificación de doctrina para que deje de ser, como hasta ahora una suerte de tercera instancia".

Los portavoces parlamentarios Begoña Lasagabaster (EA), Luis Mardones (Coalición Canaria), Margarita Uria (PNV), Laia Cañigueral (ERC), Jordi Jané (CiU) y Pedro Muñoz (PSOE) le dieron la bienvenida. "Le han presentado como duro y progresista pero en el Grupo Vasco ha caído usted bien", le saludó Uria, antes de presentarle un extenso catálogo de peticiones de reformas de leyes penales y de la Ley de Partidos. Jordi Jané y Laia Cañigueral reclamaron que no queden en vía muerta la justicia de proximidad, los consejos territoriales de justicia y la cooficialidad de las lenguas autonómicas.