Un coche bomba mata a seis mujeres y 12 niños que jugaban al fútbol en la calle

La oficina del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, informó ayer de que un coche bomba mató ayer a 12 niños que jugaban al fútbol y a seis mujeres en la ciudad de Ramadi, ubicada a unos 110 kilómetros al oeste de Bagdad, capital de la provincia de Al Anbar y principal feudo de la insurgencia árabe suní de Irak. Los responsables del Ejército estadounidense destacado en la zona indicaron que no tenían constancia de que hubiesen muertos niños en la ciudad. Los estadounidenses indicaron que en Ramadi se produjo una explosión controlada junto a un campo de fútbol donde hubo heridos, pero no muertos.

Anoche no estaba claro si el atentado que confirmó el primer ministro iraquí y el incidente que reportaron los oficiales estadounidenses respondían al mismo suceso.

Según la información difundida por la oficina de Nuri al Maliki, las supuestas víctimas del atentado con coche bomba eran niños de entre 10 y 15 años que se habían reunido para jugar al fútbol junto a un parque. Junto a ellos se encontraban seis mujeres. El atentado sucedió en la aldea de Al-Warar, cercana a Ramadi. Esta ciudad, junto a Tikrit y Bagdad, forma parte de los tres vértices del denominado triángulo suní, zona que comprende ciudades como Faluya o Samarra, en las que los partidarios del régimen de Sadam Husein han abanderado la lucha de la insurgencia contra el Gobierno iraquí y las tropas de EE UU.

Los "grupos terroristas han cometido un crimen contra niños inocentes que jugaban. Este acto infame ha segado la vida a 12 niños y seis mujeres", declaró un portavoz de la oficina del primer ministro en un comunicado facilitado por la agencia France Presse.

No quedaba claro anoche si el objetivo de la bomba eran los niños. Ningún grupo terrorista se responsabilizó del atentado. Las autoridades del país hicieron un llamamiento para acabar con la violencia sectaria entre chiíes y suníes que se ha vuelto más cruel y mortífera desde hace un año.

El atentado de ayer puede interpretarse como la venganza de los radicales chiíes al coche bomba que el pasado domingo reventó a la puerta de una facultad universitaria de Bagdad y mató a 40 personas, la mayoría de ellos estudiantes chiíes.

Pero la violencia ha alcanzado tales extremos que ya es difícil determinar qué masacre se perpetró como respuesta a otra matanza. De hecho, ésta no es la primera vez que varios chiquillos que juegan al fútbol resultan muertos. El pasado agosto murieron 12 niños y jóvenes cuando una bomba explotó en la capital.

El atentado de ayer se produjo pocas horas después de que al menos 20 personas perdiesen la vida y otras 69 resultasen heridas en una nueva jornada de ataques con coches bomba en Bagdad y otros puntos del país. Tres soldados estadounidenses murieron cuando estalló una bomba al paso de un convoy.

La violencia persiste en la capital pese a la férrea vigilancia llevada a cabo por alrededor de 85.000 soldados iraquíes y estadounidenses en el marco del nuevo plan de seguridad, que entró en vigor el 14 de febrero pasado.