Cultivos óseos para implantes dentales
La nueva técnica permite obtener tejido óseo del propio paciente para consolidar las prótesis dentarias en el maxilar
Los avances de los últimos años en implantes dentales han hecho que el 95% de los pacientes tributarios de este tipo de tratamiento vuelva a recuperar sus piezas dentarias perdidas. Esta técnica no sólo supone la recuperación del poder de masticación, sino que además mejora el aspecto estético y la autoestima.
Pero no todas las personas que han perdido piezas dentarias pueden someterse a implantes integrados en el hueso de maxilar, según se puso de manifiesto en el III Symposium Internacional de Implantología, que ha convocado en Oviedo a más de 500 profesionales de distintos países relacionados con la salud oral, como cirujanos maxilofaciales, odontólogos, estomatólogos, higienistas y técnicos de laboratorio. Uno de estos casos es cuando se ha producido una importante pérdida de hueso maxilar.
"El futuro inmediato más esperanzador de esta línea de investigación se orienta hacia los cultivos celulares tanto en mucosas como en huesos", explicó en Oviedo Santiago Llorente, presidente del simposio y jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del hospital Central de Asturias.
Esta institución, en colaboración con un equipo del Banco de Tejidos del Principado, está desarrollando un trabajo pionero en el mundo en cultivos celulares, según fuentes del propio hospital, con el fin de obtener tejido óseo del propio paciente de otra área del cuerpo. Esto además evitaría eventuales rechazos y la necesidad de nuevas intervenciones, como ocurre hasta ahora.
Como explica el cirujano maxilofacial Luis Manuel Junquera, investigador de esta línea de trabajo, lo habitual por el momento es conseguir ese tejido que falta a partir de animales, "en las que sólo se emplea la base mineral para evitar rechazos".
Desde que hace más de 40 años se colocara el primer implante roscado de titanio, se ha mejorado su macroestructura y su superficie, acortando el tiempo de osteointegración, según Fernando Rojas, profesor de la Universidad de Carolina del Norte (EE UU).
"Es fundamental investigar cómo reaccionan las células del hueso ante las diferentes superficies de los implantes. Sabemos que la biología del hueso y de la mucosa oral del paciente precisan un tiempo mínimo de recuperación, pero también hemos observado que las últimas superficies modificadas de los implantes consiguen una reducción de los tiempos de entre seis y ocho semanas por la estimulación que los nuevos materiales producen en las células óseas", dijo Rojas. Otro de los retos de esta técnica es el mantenimiento de los implantes a largo plazo.
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