Asesinados los policías guatemaltecos acusados de matar a tres diputados
Los cuatro detenidos por la muerte de los políticos salvadoreños fueron tiroteados en la cárcel
Los cuatro policías guatemaltecos acusados de matar hace una semana a tres diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano y a su chófer fueron a su vez asesinados a tiros en la tarde del domingo en el calabozo de una cárcel de alta seguridad, en el contexto de un sospechoso motín. Con este crimen se dificulta el esclarecimiento de un caso que ha conmocionado a la región y que muestra la debilidad del Estado guatemalteco. Precisamente, los cuatro agentes iban a ser interrogados por un equipo del FBI que llegó ayer para ayudar en la investigación.
Las versiones del crimen, ocurrido en el penal de El Boquerón, a 63 kilómetros al este de la Ciudad de Guatemala, difieren. Según declararon los familiares de algunos internos a la prensa local, un comando armado entró en la prisión a la hora de la visita y acribilló a los cuatro policías en su calabozo. Después, estalló el motín. El Ministerio del Interior, en cambio, explica que un grupo de presos, miembros de la mara Salvatrucha (la peligrosa pandilla criminal de origen salvadoreño) organizaron un confuso motín para atacar a los policías, que habían sido degollados y tiroteados. La fiscalía confirmó ayer que los agentes fueron asesinados con fusiles de asalto AK-47 y degollados con arma blanca. Los fiscales sólo pudieron entrar al penal en la tarde de ayer, hora local, después de que los presos pusieran fin al motín y liberaran a los cinco rehenes, entre ellos el alcalde.
Lo que parece evidente para las autoridades es que el asesinato de los policías (todos ellos miembros de la unidad de élite contra el crimen organizado) pretende impedir la resolución del crimen de los diputados salvadoreños, que sigue envuelto en el misterio. Precisamente ayer llegó a Guatemala un equipo de agentes del FBI, a solicitud de los guatemaltecos, para colaborar en las pesquisas. Los investigadores estadounidenses tenían previsto interrogar hoy a los cuatro policías detenidos. "Con la muerte de los agentes automáticamente se cae el proceso", declaró el fiscal del caso, Álvaro Matus, que añadió, sin embargo, que proseguirían las investigaciones.
Los cadáveres de los legisladores (Eduardo D'Aubuisson, William Pichinte y José Ramón González) y Gerardo Ramírez, chófer y escolta de Pichinte, fueron hallados, tiroteados y carbonizados en Guatemala el pasado 19 de febrero. Los diputados, de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, partido gobernante en El Salvador), habían viajado por tierra para participar en la asamblea mensual del Parlamento Centroamericano, que tiene sede en la capital guatemalteca. D'Aubuisson era hijo del mayor Roberto D'Aubuisson, inspirador de los escuadrones de la muerte durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
Según la policía, esos agentes y otros tres que se encuentran prófugos, todos con vínculos con el crimen organizado, secuestraron a los diputados y los llevaron a suburbios de la capital, donde los asesinaron. Una de las hipótesis que manejan las autoridades guatemaltecas y salvadoreñas es que pudo tratarse de una confusión. Según dijo ayer el presidente de Guatemala, Óscar Berger, habían sido alertados sobre la entrada de un vehículo con un cargamento de droga o dinero.
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