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Bruselas condiciona que el euskera pueda ser oficial en la UE a que lo acepten Los 27

El catalán/valenciano, el euskera y el gallego podrían convertirse en lenguas oficiales de la Unión Europea si el Gobierno español hace el esfuerzo para impulsar ese estatus y si, además, los otros 26 países comunitarios las aceptan, según manifestó ayer el nuevo responsable de Multilingüismo de la Comisión Europea, el rumano Leonard Orban. Hasta ahora, las lenguas cooficiales españolas sólo pueden emplearse en muy tasadas circunstancias. Su oficialidad las pondría a la par en derechos de uso (empleo en actos, traducción de documentos) del inglés o el castellano.

Las lenguas vernáculas españolas "pueden convertirse en lenguas oficiales en función de las condiciones que fije el Estado español y si los demás Estados miembros están de acuerdo", señaló ayer Orban en su primera conferencia de prensa tras asumir el cargo que ocupa desde que su país, Rumania, se incorporó a la UE el pasado 1 de enero.

El Gobierno español consiguió, con enorme esfuerzo, que en junio de 2005 el resto de los socios comunitarios aceptaran un tratamiento singular para las lenguas cooficiales españolas. Ahora, los ciudadanos que las emplean pueden dirigirse en ellas a las instituciones comunitarias, donde los representantes de las autonomías pueden también expresarse en sus respectivos idiomas. Sin embargo, es el Estado español el que tiene que hacerse cargo de los gastos que estas intervenciones (traducción de documentos o contratación de intérpretes) suponen a las instituciones de la UE.

Serias resistencias

Para conseguir esa presencia comunitaria, el Gobierno tuvo que vencer serias resistencias, que aún se mantienen sin ceder lo más mínimo en el Parlamento Europeo, donde los europarlamentarios que hablan catalán/valenciano, euskera o gallego no están autorizados a usarlo en sesiones plenarias o comisiones. Al Ejecutivo español le resultaría muy difícil volver a librar la batalla con ambiciones superiores, porque son varios los ejecutivos de la Unión que temen la apertura de las reclamaciones lingüísticas de sus propias minorías.

Orban también manifestó que "es inaceptable pedir a un país o a las regiones que hablen una sola lengua". Lo dijo en respuesta a la hipótesis de consagrar legalmente la supremacía del inglés. "Es inaceptable promover una lengua para la Unión", insistió.

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El comisario habló ayer con motivo de la presentación de un informe sobre cómo el multilingüismo ayuda a la economía y en particular a las pymes que tienen ambiciones exportadoras. El estudio revela que el 11% de ellas confiesan haber perdido negocios por la ignorancia de idiomas, un fallo que la investigación evalúa en unas pérdidas promedio de 325.000 euros en tres años.

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