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Las tabacaleras logran anular una multa millonaria en EE UU

Un fallo del Supremo evita que Philip Morris pague 60,5 millones a una víctima del tabaco

El Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló ayer el fallo de una Corte estatal que había adjudicado una indemnización de 79,5 millones de dólares -60,50 millones de euros- a la viuda de un fumador. El veredicto de ayer, con el voto a favor de cinco de los nueve magistrados del Supremo, representa una victoria para la tabacalera Philip Morris, que había apelado un fallo del Tribunal Supremo de Oregón de finales del año pasado que ratificó la compensación.

Mayola Williams demandó a Philip Morris por fraude, tras la muerte de su marido, Jesse Williams, hace nueve años. Williams era fumador y durante 45 años consumió unos dos paquetes diarios de Marlboro, una de las marcas de cigarrillos que produce la tabacalera.

Su viuda consideró apropiada la indemnización de 79,5 millones que en principio le había sido acordada porque castigaba la mala conducta que durante décadas había caracterizado a la multinacional por su "fraude dirigido a un mercado masivo" con el que hizo creer a los fumadores que los cigarrillos no eran perjudiciales para la salud ni adictivos.

Fue en 1999, en una vista ante un tribunal inferior, cuando un jurado que falló a favor de la demandante impuso a Philip Morris, una subsidiaria del Grupo Altria, el pago de unos 608.828 euros en concepto de compensación por los gastos en los que había incurrido la mujer y 60,12 millones de euros adicionales como indemnización.

Más tarde, bajo la ley del Estado, el pago compensatorio se redujo a más de 396.000 euros. El mismo tribunal redujo la indemnización a unos 24,35 millones de euros, pero en junio de 2002 el Supremo de Oregón restableció el pago en un total 60,50 millones de euros.

El fallo representó la mayor adjudicación de compensación e indemnización impuesta por un tribunal de ese Estado. Philip Morris pidió que el Tribunal Supremo de EE UU decidiera si el monto de la adjudicación no era, desde el punto de vista constitucional, excesivo. Philip Morris alegó, ante el Supremo de Oregón primero y luego ante el Tribunal Supremo de EE UU, que esa adjudicación era "enormemente excesiva", un aspecto sobre el que ni los fallos anteriores ni el nuevo veredicto se han pronunciado.

El juez Stephen Breyer, que redactó la opinión de la mayoría del Supremo de EE UU, indicó que el fallo del tribunal de Oregón debía anularse porque no se informó a los miembros del jurado de que sólo podían castigar a Philip Morris por el daño hecho a la demandante, y no a otros fumadores cuyos casos no estaban en juicio.

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