Relleno natural
Una clínica usa células madre de la grasa en cirugía reparadora y estética
El cirujano francés Roger Amar adivinó las propiedades de las células madre de la grasa y su aplicación, durante los noventa, en las operaciones de estética y reparación de músculos: "Tenía la intuición de que cuando destruía la grasa al fondo se quedaba un tejido especial que funcionaba mejor para la piel que la grasa misma. Et voilà".
La grasa ha sido el relleno natural utilizado por los médicos desde hace más de un siglo, pero en los casos de injerto, ésta no respetaba la vascularización facial y producía hematomas de larga duración. El doctor Amar introduce el injerto de células madre, sin sangre, en los músculos faciales y produce "unos resultados simétricos", según asegura este doctor con varias décadas de experiencia. Ya han sido más de 20.000 músculos inyectados desde 1996.
El precio de las operaciones oscila entre los 12.000 y los 18.000 euros
Amar no reniega de su pasado: "Desde 1975 hice cientos de liftings, pero fueron la mejor escuela para darme cuenta de que había algo más esperando", comenta. Hace cuatro años que comenzó a aplicar esta técnica en casos que requieren cirugía reparadora en ejemplos como labios leporinos, pérdida de masa muscular, reparación de cicatrices... y en cirugía estética, para lograr que la piel se rejuvenezca sola. La apuesta de Amar representa que en lugar de estiramientos y acortamientos por escisión "de la piel sobrante", se inyecta el rostro con su propio tejido conectivo vivo.
"El milagro es que el músculo no envejece", afirma. "El cirujano trabaja sin levantar la piel y el rostro se ha rejuvenecido de una manera natural, sin dramatismo o artificio", aclara. La operación se acomete con anestesia local, y comienza con la extracción del tejido graso del abdomen o detrás de las rodillas para obtener las células madre. A continuación, se centrífuga el tejido graso hasta separarlo en tres capas de las que se utilizará la más densa, y con mayor contenido de células madre.
La intervención evita los problemas de rechazo al tratarse de las células madre del mismo paciente. Las células son inyectadas por el cirujano mediante 15 cánulas distintas siguiendo las fibras musculares y por debajo del envoltorio de los huesos. No son operaciones para todos los bolsillos y su precio oscila entre los 12.000 y los 18.000 euros.
Amar asegura que el riesgo de dañar a nervios, arterias y venas desaparece con su técnica de inyección y apunta que ésta es "la herramienta menos traumática para el rejuvenecimiento facial". El doctor define en pocas palabras el realce deseado por cada vez más clientes adinerados: "La cara vuelve a crear curvas armoniosas y el rostro recobra dulzura. Relaja la frente, la nariz parece más pequeña, los pómulos más luminosos y los labios más carnosos".
La experiencia de Amar le ha llevado a impartir cursillos de formación sobre esta técnica a cirujanos estéticos en Estados Unidos, Europa y Corea del Sur. "Los cirujanos plásticos conocen muy bien los músculos laterales de la cara, pero para rejuvenecer hay que tocar el frontal de la cara, que posee nada menos que 30 músculos alrededor de la nariz, ojos y boca", apunta. Además, ha pergeñado una fundación que pretende subvencionar a partir de 2008 operaciones para personas desfiguradas por accidentes o tumores y con gran interés en la operación, pero sin recursos.
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