El consumo de antibióticos es la causa de las resistencias
La relación causal entre el consumo de antibióticos y una mayor resistencia a estos fármacos ha sido confirmada en un trabajo publicado en el número de esta semana de The Lancet. En opinión de los autores, esta confirmación debería constituir una advertencia vital para los médicos sobre las consecuencias de una prescripción inapropiada e incontrolada de antibióticos.
La resistencia a los antibióticos constituye un gran problema de la sanidad pública. Muchos estudios anteriores han demostrado una clara relación entre el consumo de antibióticos y la resistencia; pero, según los autores de este trabajo, se han limitado a confirmar una asociación y no un efecto causal.
El equipo de Herman Goossens, del hospital Universitario de Amberes (Bélgica), ha realizado un ensayo doble ciego controlado con placebo con dos antibióticos (claritromicina y acitromicina) para investigar el efecto directo de la exposición a los antibióticos sobre la resistencia en la flora bucal de estreptococos de voluntarios sanos y la base molecular para cualquier diferencia en la resistencia de selección.
Ambos medicamentos aumentaron significativamente la proporción de estreptococos resistentes a los antibióticos en comparación con el placebo. Sin embargo, la proporción de estreptococos resistentes fue mayor tras un tratamiento con acitromicina que después del consumo de claritromicina. Además, el efecto de una sola tanda de antibióticos contra las bacterias no patogénicas que aparecen de forma natural en la boca duró más de 180 días, lo cual pone de manifiesto que esas bacterias podrían servir de mina de resistencia para bacterias potencialmente patogénicas.
"El consumo de macrólidos [la familia de los dos antibióticos estudiados] es el factor más importante para la aparición de resistencia a macrólidos in vivo... [Por ello], los médicos deberían tener en cuenta los sorprendentes efectos secundarios ecológicos de los antibióticos cuando recetan esos medicamentos a sus pacientes", dicen los autores.
Por su parte, la experta Stephanie Dancer afirma en un editorial adjunto: "El mensaje clave es que la prescripción de antibióticos afecta al paciente, al medio ambiente, y a todo el mundo que entra en contacto con ese paciente o con su entorno. Los médicos que comprendan este aspecto pueden influir en el riesgo de resistencia antimicrobiana, no sólo en el caso de nuestros pacientes actuales, sino también los del futuro".
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