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Reportaje:El urbanismo en la Comunidad

Municipios ricos, movilidad pobre

Los vecinos de las localidades con renta más alta de la región dependen del coche para moverse en el interior de sus poblaciones

Esther Sánchez

Los habitantes de los municipios más ricos de la Comunidad de Madrid viven pegados al asiento de su coche. Tareas en apariencia tan sencillas como ir a comprar el pan dando un paseo o llegar a la estación de cercanías en un tiempo razonable se convierten en zonas de pueblos como Pozuelo, Las Rozas, Majadahonda, Boadilla del Monte o Torrelodones en un imposible.

Los vecinos se quejan de un transporte público urbano desorganizado, con frecuencias de paso insuficientes, retrasos y falta de conexiones entre diferentes puntos del municipio; escasez de carriles-bici y aceras llenas de obstáculos. Estas circunstancias les hacen optar por el vehículo privado en los desplazamientos internos.

Son localidades que arrastran un modelo territorial heredado con urbanizaciones diseminadas a lo largo y ancho del término municipal. Carreteras como la A-6, M-40, M-50 y la M-503 dividen las localidades y dificultan la conexión entre las diferentes partes. La política urbanística seguida por los ayuntamientos, sin planes de movilidad concretos, ha generado que la dependencia del coche se haya vuelto crónica. Hay una media de 2,5 vehículos por casa.

Alfonso Sanz, experto en movilidad sostenible, plantea la necesidad de fomentar el transporte público. "Hay que estudiar cada caso en concreto, pero, en general, son pueblos fragmentados por infraestructuras viarias, sin socialización del espacio. Se vive en urbanizaciones cerradas. Realmente son barrios dormitorio, aunque sean de alto standing", sostiene.

Los alcaldes reconocen las dificultades de sus vecinos para moverse por el interior de los términos. Sus promesas de mejora se repiten: más transporte público, más carriles-bici, aumentar los espacios para los peatones, ampliar aceras y liberarlas de obstáculos, entre otras actuaciones.

Los vecinos toman con escepticismo las propuestas municipales. Es el caso de Nuria Martínez, vecina de Pozuelo de Alarcón (79.581 habitantes), al oír hablar del metro ligero. Es la gran apuesta de su Ayuntamiento, del PP, para esta legislatura: 10 kilómetros de tranvía con un coste de 100 millones.

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"¿Para qué me sirve el metro ligero si no puedo llegar a ninguna de sus paradas?", se pregunta. Reside en la calle de Peñalara, una zona de bloques de nueva creación. Nuria tuvo que renunciar a que su hija fuera a la guardería porque el autobús, que tenía que pasar cada 50 minutos, "no llegaba nunca". "Desde la empresa Llorente me contestaron que los horarios se tratan de cumplir, pero no hay horas fijas de paso por las paradas. Y hasta ahora", se lamenta indignada.

El grupo municipal socialista de Pozuelo denuncia: "El transporte público es inconstante porque no hay una red de autobuses urbanos, dependemos de los que vienen de fuera. Una situación que sufren sobre todo las personas sin vehículo propio".

En Majadahonda (62.270 habitantes) la situación es similar. Cuenta con seis líneas de autobuses interurbanas y tres urbanas. "¿Plantearme vivir aquí sin dos coches? Antes en casa sólo había uno; al trasladarnos aquí compramos otro", responde Raquel, vecina de Las Rozas, con una sonrisa. Raquel y su marido viven cerca del campo de golf de Majadahonda. La zona, de nueva construcción, está separada del pueblo por la M-503.

Autobús cada media hora

"Hay un autobús que pasa cada media hora, pero la parada está a unos 500 metros de mi casa. Otro va a la estación cada 45 minutos. Ante las facilidades, he decidido ir en coche hasta el Bus- VAO y coger allí el autobús a Madrid", comenta. En fin de semana, más de lo mismo. "Aquí no hay ni una tienda. Cojo el coche para todo", puntualiza.

El Ayuntamiento, sin embargo, considera que las mayores dificultades no son internas, sino de conexión con Madrid. Los centristas de Majadahonda critican la actuación municipal y denuncian: "Nunca ha existido un plan de movilidad interna concreto. Además, me gustaría saber qué accesos va a tener el nuevo hospital Puerta de Hierro".

Las Rozas (75.919 habitantes) es para el PSOE, en la oposición, el paradigma del noroeste de Madrid en cuanto a los problemas de movilidad. Sus 59 kilómetros cuadrados se encuentran divididos por la A-6, la M-505 (carretera de El Escorial) y la M-50. "El efecto muralla de estas infraestructuras se acrecienta por la falta de un plan de movilidad. No hay líneas de autobuses internas, y para ir a las estaciones de tren, por ejemplo, hay que hacer un recorrido por medio término municipal", comentan los socialistas.

Francisco Javier Fernández, vecino de El Cantizal, un nuevo barrio de pisos, confirma que puede emplear hasta 40 minutos en salir de Las Rozas si opta por el autobús. El alcalde, Bonifacio de Santiago, del PP, reconoce que para la mayor parte de los desplazamientos hace falta el coche.. Plantea como solución un metro ligero que estructure todo el municipio.

En Boadilla del Monte (37.926 habitantes), el vehículo privado también es un elemento imprescindible. La M-50 ha partido el municipio de tal forma que algunos vecinos ya hablan de Boadilla de Arriba y de Abajo. "Hay 11 urbanizaciones periféricas y los nuevos desarrollos están al otro lado de la M-50. Las dos partes del pueblo están completamente desconectadas", explica el concejal independiente de APB, Ángel Galindo. El Ayuntamiento, gobernado por el PP, también ha apostado por el metro ligero.

El municipio de Torrelodones (19.843 habitantes) se encuentra dividido por la A-6. "El problema se ha acrecentado con el desarrollo de otros núcleos urbanos como Los Bomberos y el Área Homogénea Sur, sin considerar en absoluto los problemas de movilidad de la población", denuncia el geógrafo y profesor de la Universidad Carlos III Santiago Fernández Muñoz, desde la asociación vecinal Torrenat.

Para Fernández, el equipo de gobierno, del PP, no muestra la más mínima preocupación. "Las aceras son unas estrechas superficies plagadas de farolas y todo tipo de mobiliario urbano. Tampoco hay carriles-bici. Parece que sólo se fomentan los desplazamientos en coche", concreta.

El Ayuntamiento se defiende y recuerda que ha mejorado el servicio de autobuses interurbanos y ha puesto en marcha cuatro líneas urbanas. "Se han superado todas las previsiones con 42.000 usuarios al mes", asegura un portavoz municipal.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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