Rebeldes e insumisas
No hay en la sección a concurso de esta Berlinale ninguna película dirigida por una mujer. Puede que una retrospectiva dedicada a las chicas rebeldes e insumisas de los años veinte se haya programado como contrapunto: se trata de una selección de 40 películas mudas que dan cuenta de las conquistas sociales de las féminas en una época gobernada exclusivamente por hombres. Este festival de Berlín no es el primero en escarbar el testimonio que el cine ha dado de la única revolución realmente victoriosa del siglo pasado, la de la mujer; lo que sí es cierto es que sus programadores han sabido reunir en el ciclo Chicas de ciudad clásicos extraordinarios junto a títulos ignotos o menores, componiendo en conjunto una perspectiva apasionante sobre la lucha de las mujeres contra el poder masculino, y en años duros. Una joya de retrospectiva que, desgraciadamente, queda relegada a segundo plano entre la apabullante oferta que el festival debe hacer del cine actual.
Escudriñando en el programa de cine actual que se ofrece, figura en la sección Panorama el largo dirigido por la actriz francesa Julie Delpy, conocida en España especialmente por su intervención en los tres colores de Kieslowski y en el doblete de Richard Linklater, Antes de amanecer y Antes de anochecer; en la primera de las cuales, una pareja se enamora en París durante unas horas para reencontrarse 10 años más tarde, de nuevo en París, en la segunda. En ambas películas, la parejita habla y habla sin ton ni son y tanto y tanto, que a veces aturden al espectador; pero, por lo que se ve, no así a su actriz protagonista, que, convertida ahora en directora, ha decidido imitar la fórmula. Su película Dos días en París cuenta cómo una pareja, en viaje de amor a Venecia, recala en la capital francesa camino de Nueva York. La directora aprovecha esa breve estancia para despotricar de sus conciudadanos franceses. Pero, ay, el trabajo de la Delpy se limita a contar las triquiñuelas cotidianas de cualquier convivencia. Más le valía haber mamado en el programa Chicas de ciudad. Quizá se hubiese alimentado de Gloria Swanson, Francesca Bertini, Greta Garbo, Clara Bow, Asta Nielsen. Marion Davies... y de los directores (hombres) que les llevaron a la pantalla como rebeldes e insumisas. Aún tiene tiempo.
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