La Casa Blanca promete superávit fiscal con un drástico recorte del gasto social
El nuevo presupuesto pretende sacar al Estado de números rojos en 2012 sin subir los impuestos
El proyecto de presupuesto presentado ayer por el presidente de EE UU, George W. Bush, para el ejercicio fiscal 2008 tiene un objetivo principal: alcanzar el equilibrio fiscal en cinco años sin tener que elevar los impuestos. La Casa Blanca pide al Congreso que le autorice a echar mano de un total de 2,9 billones de dólares (2,2 billones de euros) para gastar durante el próximo año, lo que representa un alza del 4,9% respecto al ejercicio de 2007. El plan de Bush contempla un aumento del gasto en defensa y energía, y drásticos recortes en programas sociales destinados a los pobres y los jubilados.
El ejercicio fiscal 2008 empieza el próximo 1 de octubre en EEUU. El proyecto presupuestario se apoya en un crecimiento económico del 3% del PIB, una tasa de paro del 4,6% y unos tipos de interés a 10 años estables, en torno al 5%. La Casa Blanca deberá negociar ahora los detalles del proyecto con el Congreso, dominado por primera vez bajo presidencia de Bush por el Partido Demócrata. Los liberales exigen desde hace años a la Casa Blanca que haga lo posible para rebajar el abultado déficit fiscal, que en el ejercicio 2006 alcanzó los 247.700 millones de dólares, el 1,9% del PIB.
El desequilibrio de las cuentas públicas es, junto al déficit exterior y el enfriamiento en el mercado inmobiliario, uno de los puntos oscuros que más preocupan fuera de EEUU y que están afectando negativamente al valor del billete verde. Bush prometió durante la campaña presidencial de 2004 que rebajaría el déficit a la mitad para 2009, un objetivo que cumplió tres años antes de lo previsto, después de reducir los números rojos un 22,3% en 2006. La proyección de déficit para 2007 se prevé que baje a los 244.000 millones y a los 239.000 millones en 2008.
A medio plazo, la Casa Blanca confía en reducir el equilibrio fiscal hasta los 187.000 millones en 2009 y hasta los 94.000 millones para 2010. Es más, Bush cree que es posible salir de números rojos para 2012, por primera vez en 11 años, ejercicio para el que se prevé un superávit de 61.000 millones. Esto será posible en gran parte a una drástica caída del gasto militar en Irak a partir de 2009, cuando esté instalado el sucesor de Bush.
El equipo económico presidencial confía además en que se produzca un incremento de los ingresos gracias a la buena marcha de la economía y quiere cortar el gasto en 95.900 millones durante los próximos cinco años. El grueso de los ahorros afectarán a los programas de salud Medicare -jubilados y discapacitados- y Medicaid -beneficencias- y por la reforma del régimen de la Seguridad Social -pensiones-. Bush busca eliminar o reducir la financiación en un total de 141 programas sociales, algunos de ellos ya propuestos en el presupuesto de 2007 y que fueron rechazados por el Congreso.
Menos cobertura familiar
En paralelo, el plan incluye una iniciativa con deducciones para ampliar la cobertura a familias que no tienen seguro médico, incentivos al uso de nuevas fuentes energéticas e incrementa las becas universitarias. También crece el gasto en el ámbito de la Defensa, en un claro reflejo del alto coste de las operaciones militares en Irak y Afganistán.
Bush precisó que esta corrección en el déficit fiscal será posible sin tener que subir los impuestos. Y aquí es donde el presidente de EEUU choca frontalmente con la oposición demócrata, que se muestra contraria a hacer permanentes los incentivos fiscales lanzados por la Casa Blanca para sacar a la economía de la última crisis y además temen que una desaceleración en el crecimiento trastoque los planes.
Estos beneficios fiscales expirarán en 2010 si no reciben la luz verde del Congreso, donde se esperan cuatro intensos meses de batalla. Se calcula que este recorte de impuestos tendrá un coste de 1,6 billones durante una década. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, explicó que este presupuesto es "realista" y permite "promover las oportunidades económicas, combatir las amenazas a la seguridad nacional y la economía de EE UU y conseguir un Gobierno más efectivo y eficiente".
Es la primera vez que George W. Bush presenta durante su presidencia un presupuesto ante un Legislativo demócrata, donde ya se ha tomado con las primeras voces de rechazo. Kent Conrad, presidente del comité presupuestario del Senado, dijo sin embargo que este plan está lleno de "deuda y engaños". "Está desconectado de la realidad", remachó.
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