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Un general de EE UU asume el mando de las fuerzas de la OTAN en Afganistán

Nuevos combates en la población de Musa Qala, ocupada por las milicias talibanes

El general estadounidense Dan McNeill ha asumido el mando de las fuerzas de la OTAN destacadas en Afganistán, que en los últimos meses desempeña la misión que realizaba el Ejército estadounidense de luchar contra la insurgencia talibán y contra los restos de Al Qaeda en ese país. McNeill sustituye al general británico David Richards, durante cuyos nueve meses de mandato las tropas de la OTAN en Afganistán han aumentado desde 9.000 soldados a los 33.000 actuales y han extendido su control sobre la totalidad del país, hasta la misma frontera con Pakistán.

El relevo en el mando militar se ha realizado poco antes de que comience el deshielo y con éste -que facilita el movimiento por las montañas de los insurgentes- la ofensiva de primavera, que se teme feroz tras la escalada de violencia del año pasado. La OTAN ha pedido nuevos refuerzos a los países miembros, pero hasta ahora sólo EE UU y Reino Unido se han comprometido a enviar más militares.

El general Richards antes de dejar su cargo declaró a la cadena británica BBC que confía en que pueda ganarse la contienda en Afganistán. "Esta es una buena guerra, una guerra que se puede ganar", dijo.

Según Richards, aviones de la OTAN bombardearon ayer la ciudad de Musa Qala, que desde la semana pasada está bajo control talibán, y mataron al mulá Abdul Gafur, comandante de la insurgencia radical islámica, junto con un nutrido grupo de rebeldes. Sin embargo, el portavoz talibán, Yusef Ahmadi, tras reconocer que varios guerrilleros habían muerto en el bombardeo, negó a la Agencia France Presse la pérdida de "ningún gran comandante talibán". El portavoz del Ministerio del Interior, Zemaray Bashary, por su parte, reconoció la existencia de combates e indicó que están trazando un plan para retomar lo antes posible el control de la ciudad.

Musa Qala se encuentra en la conflictiva región de Helmand, donde unos 5.000 soldados británicos luchan contra el creciente poder talibán, que se ha aliado a las mafias de la droga que, desde la invasión norteamericana, en noviembre de 2001, han aprovechado el vacío de poder para multiplicar el cultivo de amapolas opiáceas, de las que se obtiene tanto el opio como la heroína.

Las tropas británicas alcanzaron en noviembre pasado un acuerdo con los jefes tribales de Musa Qala, por el que se retiraban de la zona con el compromiso de que ellos se encargarían de impedir el acceso de los talibanes a la ciudad. Pero la semana pasada los radicales islámicos se hicieron fuertes en ésta.

El general McNeill reconoció ayer que ese acuerdo con los jefes locales ha sido criticado por el Pentágono, pero se mostró confiado en que sus hombres expulsen pronto a los rebeldes. "Los talibanes han tomado en otras ocasiones cabezas de distrito con fines propagandísticos y por un corto periodo de tiempo. No tienen capacidad para mantener el control. Fracasan en cuanto reunen a mil combatientes en un lugar", dijo McNeill.

En su toma de posesión, el general estadounidense destacó que su misión será también impulsar la reconstrucción de Afganistán e indicó que pretende incrementar el nivel de vida de los afganos. El creciente descontento popular por la lentitud de las tareas de reconstrucción después de más de cinco años bajo el dominio de EE UU es el principal caldo de cultivo de la insurgencia.

Relevo entre el general británico Richards (de frente) y el estadounidense McNeill, ante el presidente Karzai.
Relevo entre el general británico Richards (de frente) y el estadounidense McNeill, ante el presidente Karzai.REUTERS

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