Adega acusa a Pescanova de "chantajear" a la Xunta para "saltarse las leyes"
La asociación ecologista Adega critica que la Xunta mantenga las subvenciones a proyectos de Pescanova pese a la actitud de la compañía que, a juicio del colectivo, "chantajea" al bipartito "para poder hacer lo que le dé la gana en la costa". Adega censura a la multinacional, que ha reclamado al Gobierno gallego que le permita construir la piscifactoría que le paró en terrenos protegidos de cabo Touriñán, para no tener que llevar sus inversiones a otros países. "¿Cómo es posible que una administración se plantee siquiera subvencionar con dinero público a quien usa la falsedad, la demagogia, el chantaje y determinados resortes político-mediáticos para conseguir sus objetivos, saltándose las leyes e insultando la inteligencia de la ciudadanía?", se pregunta la organización ecologista.
Adega sostiene que las cifras de puestos de trabajo que, según Pescanova, se crean con las plantas de rodaballo no son reales. Según el colectivo, las piscifactorías reciben "cuantiosas subvenciones públicas" pero generan pocos empleos si se comparan con los que se derivan de la pesca tradicional, el marisqueo y las bateas. Frente a las más de 13.000 personas que trabajan directamente en el cultivo del mejillón, en todas las instalaciones de cría de rodaballo ejercen unos 270 empleados.
Los ecologistas critican además las "emisiones contaminantes" de estas plantas. Adega asegura que las piscifactorías vierten, tras una precaria depuración, "millones de metros cúbicos al año" con una "alta carga orgánica" y con antibióticos usados para tratar a los peces.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.