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Un nuevo estallido de violencia entre facciones palestinas causa 14 muertos

Hamás y Al Fatah rompen la negociación para un Gobierno de unidad

Cuando más cerca estaba el acuerdo para la formación de un Gobierno de unidad, ha estallado la explosión de violencia más grave de los últimos meses entre los grupos palestinos Al Fatah y Hamás. Los enfrentamientos de ayer en Gaza y Cisjordania, que dejaron 14 muertos, 50 heridos y unos 20 secuestros, han destrozado las esperanzas creadas en los últimos días hasta el punto de que las dos facciones han roto las negociaciones.

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A última hora de la noche, se reunieron sólo para pactar una nueva tregua, que, como las anteriores, ya se ha roto. Pocos minutos después de que el ministro de Interior, el islamista Siad Siam reuniera en su despacho en Gaza a dirigentes de Hamás y Al Fatah y consiguiera arrancarles un compromiso de calma, milicianos de Hamás lanzaron un proyectil contra sus rivales de Al Fatah. Posteriormente, un gran número de efectivos de la Guardia Presidencial y de la Seguridad Preventiva -organismos leales al presidente Mahmud Abbas- consiguieron levantar el cerco que Hamás había impuesto contra la casa de un miliciano de Al Fatah en el norte de Gaza. No sin antes protagonizar intensos tiroteos con la fuerza policial de Hamás.

La jornada de ayer, elegida por el Gobierno islamista para celebrar por todo lo alto el primer aniversario de su victoria electoral, se convirtió en una nefasta fecha en el calendario interno palestino. La mayoría de las víctimas mortales son milicianos de los dos bandos, enfrentados a tiro limpio, pero también cayeron civiles. El caso más dramático se vivió en Jan Yunis, al sur de Gaza, con la muerte de un bebé de dos años que tuvo la desgracia de ir en un coche que milicianos de Al Fatah dispararon al creer equivocadamente que transportaba un comando de Hamás.

Los portavoces islamistas acusan a Al Fatah de iniciar esta nueva ola de violencia al colocar en la madrugada del jueves un artefacto explosivo que mató a un activista de Hamás. El movimiento nacionalista niega ser el autor de la bomba que califica de "accidente de trabajo" de los integristas. "Nuestra organización perseguirá a los asesinos que han cometido esta cobarde acción", fue la primera respuesta dialéctica de Hamás. La segunda fue con disparos, al matar a un destacado militante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah. Tras herirle, los milicianos de Hamás impidieron que fuera trasladado al hospital disparándole un tiro en la cabeza. Minutos después, las filas del movimiento nacionalista clamaban venganza y el ambiente de guerra civil volvió a las calles palestinas.

Al mediodía, un miliciano de Hamás fue abatido por un francotirador cuando animaba a los habitantes del campo de refugiados de Yabalia, a sumarse a la multitudinaria manifestación de los seguidores del primer ministro, el líder islamista Ismail Haniya, que prefirió quedarse en casa y protegido por su guardia pretoriana. Y es que ayer los líderes políticos de los dos principales partidos palestinos también temieron por sus vidas. Y con razón. De hecho, la residencia del ministro de Exteriores y líder de Hamás, Mahmud Al Zahar, ha sido el objetivo, en menos de 24 horas, de dos ataques armados, sin provocar víctimas.

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El jefe de la Seguridad Nacional en el norte de la franja de Gaza y hombre de Al Fatah, Yihad Sirjan, tuvo menos suerte y fue herido de gravedad por los milicianos de Hamás. Como respuesta, en la aldea de Kalil, al norte de Cisjordania, secuestraron a once miembros de la fuerza policial creada por el Gobierno islamista. Y amenazaron con ejecutarles si Hamás no cesaba sus ataques contra los hombres de Al Fatah en la franja de Gaza. Es la primera vez que capturan a miembros del cuerpo de seguridad que el presidente Mahmud Abbas ha declarado ilegal.

Antes de la cascada de muertos y secuestros, Abbas había expresado su "confianza que en tres semanas se llegue a un acuerdo con Hamás. De lo contrario, habrá nuevas elecciones". La incertidumbre envuelve la reunión, teóricamente prevista para mañana, del comité -formado por las distintas facciones palestinas- para la redacción del programa base del gobierno de unidad. "¿Cómo podemos dialogar cuando hay una bomba debajo de la mesa?", se preguntó anoche Tawfiq Abu Khoussa, portavoz de Al Fatah.

En Ramala, las delegaciones de Alemania y Canadá también recibieron su porción de violencia al ser atacadas por milicianos que abrieron fuego contra dichas sedes sin provocar muertos ni heridos.

Un miliciano de Hamás vigila la manifestación convocada para celebrar la victoria electoral de hace un año.
Un miliciano de Hamás vigila la manifestación convocada para celebrar la victoria electoral de hace un año.REUTERS

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