Israel y Abbas se comprometen a negociar directamente un acuerdo final sobre Palestina
El plan deberá estar terminado en dos años y será sometido a referéndum en los territorios
El Gobierno de Israel y la presidencia de la Autoridad Palestina están dispuestos a pasar directamente al "final de la partida", sin pasos intermedios, para dibujar el "estatus final" para los dos Estados. Es lo que afirmaron a un reducido grupo de periodistas en Davos codo a codo en una misma mesa Efraim Sneh, viceministro israelí de Defensa, y Saeb Erekat, jefe de negociación de la Autoridad Palestina. Este quiebro, que contaría con el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea, le daría un horizonte político claro a los palestinos, a la vez que se abrirían los grifos del dinero.
Así, según Erekat, se le restaría a Hamás, el apoyo con que aún cuenta, "fruto de la desesperación", especialmente en Gaza donde el producto interior bruto (PIB) se ha encogido en un 37% en un año, pues se trata, según Sneh, de "avanzar paralelamente en el frente militar y en el económico".
Estas manifestaciones distan mucho de lo que, de forma mucho más prudente, dijeron en el plenario del Foro Económico Mundial -en una sesión significativamente titulada (¡Basta! Enough is enough)- el presidente palestino, Mahmud Abbas (a quien hoy recibirá el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero en Madrid), y la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, pero coincide con el sentido de la labor que ha hecho recientemente en la zona el alto representante europeo para la política exterior, Javier Solana. Abbas se mostró dispuesto "a una negociación bajo los auspicios del Cuarteto [EE UU, UE, ONU y Rusia]".
Según Sneh, para el cual la vieja Hoja de Ruta ha quedado caduca, existe la posibilidad de resolver el conflicto en un plazo relativamente breve: antes del final de la presidencia de George W. Bush. "Dos años menos cinco días", precisó. El calendario contempla una reunión tripartita en febrero entre Abbas, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice. En seis meses se fijarían los principios del estatuto permanente, y en otros 18 se finalizarían los detalles. El resultado se sometería a un referéndum entre los palestinos. Según Erekat, Abbas mantiene la amenaza de elecciones generales en Palestina si no se alcanzara esta solución. Los contornos y las líneas maestras están claras: las fronteras de 1967, para los palestinos; no exactamente para los israelíes.
La competencia de la negociación reside exclusivamente en el presidente palestino, no en el Gobierno de Hamás. Según Erekat, en la región, hay la percepción de que ahora es el momento de volver a intentar resolver esta cuestión y de relanzar la democracia en los territorios palestinos, y por ello aplaude cómo Rice "está manejando la situación". Erekat espera que Rice le muestre en breve "el punto de llegada", y el calendario. Para Sneh, es la primera vez que ve que EE UU considera que no son necesarias nuevas conversaciones para poner el tren en marcha. La cuestión es si Bush ha aceptado esta línea. El Cuarteto tiene previsto reunirse en Washington el 2 de febrero y lanzar un mensaje en la dirección de entrar en el final de la partida en un tiempo limitado. En algunos medios europeos, palestinos e israelíes existe la sensación de que si se espera al cambio de presidente en EE UU se dejará escapar la ocasión. Podemos estar ante una coincidencia de debilidades que haga posible un acuerdo.
No hace falta mediación, pues buscan un acuerdo directo aunque sí apoyo internacional, del Cuarteto y del mundo árabe para apoyar este camino y a la vez aportar los fondos necesarios para el despegue de la economía palestina. Según Sneh, su Gobierno va a adoptar nuevas políticas para mejorar la economía palestina. Se trata de pasar de la gestión de crisis constantes a un terreno más definitivo. Una apuesta osada, según Sneh y Erekat, para la que hace falta coraje político.
Evidentemente, esto no concuerda con la linea oficial en Tel Aviv o en Washington, pero sí con el ambiente en la UE. Abbas se mostró deseoso de llegar a un Gobierno de integración. Livni señaló, sin embargo, que Israel apuesta por los dos Estados Y Rice no ha hablado casi públicamente de esto. Puede haber una dimensión de lucha interna en el Gobierno de coalición de Olmert, dado que Sneh es laborista y el primer ministro y Livni de Kadima. Aunque Sneh consideró que "la mayoría del Gobierno está a favor". Según diversas encuestas, más de un 70% de los palestinos y otro tanto de los israelíes están a favor de un acuerdo de paz basado en dos Estados.
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