El PSOE ofrece al PP discutir a puerta cerrada su propuesta sobre política anti-ETA

Los partidos decidieron hace 30 años discutir reservadamente sobre política antiterrorista. Con esta idea, el PSOE reclama al PP que defienda sus nuevas propuestas en esta materia en la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista que se celebrará en breve. Ésta es la oferta del portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido, quien pide al líder del PP, Mariano Rajoy, que "reflexione antes de provocar un enfrentamiento entre demócratas que sólo beneficia a ETA". El PP llevará esas iniciativas a la reunión del Pacto, pero también quiere discutirlas en el Congreso. Los demás grupos han decidido plantarse ante esa decisión, algo que Rajoy calificó de "estalinista y totalitario". Su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, denunció la "política de mordaza" del PSOE.

"Para alcanzar un acuerdo, primero hay que hablar de lo que se pretende, después consensuarlo y, finalmente, presentarlo". Esta es la primera parte de la sugerencia que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, realiza al PP para la política antiterrorista. "Pero si se hace al revés y sobre temas que se sabe que no los comparte todo el mundo y, además, se hace en el pleno del Congreso, lo que parece que se busca es la confrontación, y ya ha habido bastantes plenos en el Congreso de confrontación sobre terrorismo".

Tanto Rubalcaba, que participó en la inauguración del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) en Madrid, como el portavoz parlamentario socialista, Diego López Garrido, instaron ayer al PP a que dirija sus cinco propuestas "a un ámbito reservado", que en este momento es la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista, que se reunirá muy probablemente la próxima semana. "Ése es el lugar donde el PP puede perfectamente presentar esas iniciativas, defenderlas, y las discutiremos", señaló López Garrido.

El PP, a través de su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, confirmó que su partido llevará esas iniciativas a la reunión del Pacto Antiterrorista, aún no convocada por el Gobierno. La más relevante propone la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas. Además, el PP reclama poner fin a la libertad de acción política de Batasuna. También pedirá la revocación de la resolución de mayo de 2005 que autorizó al Gobierno a dialogar con ETA en ausencia de violencia.

Los socialistas recuerdan que el PP ha anunciado estas medidas cuando ya sabía que se va a convocar el Pacto Antiterrorista.

El calendario obligará, en todo caso, a que estas propuestas se debatan en primer lugar en la comisión del Pacto ya que no habrá un pleno en el Congreso hasta primeros de febrero. Pero ayer los socialistas lamentaron que "el PP haya decidido que en este Parlamento se hable de política antiterrorista todas las semanas, todas", dijo López Garrido.

Nadie puede impedir al PP que defienda sus propuestas desde la tribuna, porque le ampara el reglamento. "Pero lo que no puede hacer el PP es forzarme a que suba a la tribuna y me enzarce en una pelea sobre política antiterrorista. No quiero. El PP no es mi adversario, es ETA", señaló a este periódico de forma vehemente López Garrido.

Evitar choques en público

Por tanto, parece que los grupos seguirán la máxima de que dos no se pelean si uno no quiere. Gaspar Llamazares, líder de IU, sugirió la posibilidad de que los grupos se autolimiten en el debate para no "bailarle el agua al PP".

Lo más probable es que los portavoces tomen la palabra brevemente para decir al PP que no entrarán en el fondo de la cuestión para evitar "la exhibición de las diferencias". Algo similar a lo que sucedió con el 11-M. El PP insistía en presentar iniciativas sobre este asunto mucho después de que se cerrara la comisión de investigación hasta que los grupos decidieron un plante: todos los portavoces explicaron con similares palabras que por respeto a las instituciones no iban a entrar en el fondo del asunto que proponía el principal grupo de la oposición.

Sin embargo, la mera mención de un plante, promovido por el PSOE y acordado por todos los grupos poco después de que Rajoy diera a conocer las cinco propuestas del PP, ha indignado a la oposición. Su líder, de visita ayer en Marbella, cargó las tintas. Tras convertir el plante en un imposible veto, concluyó: "Esta es la primera vez en la historia de la democracia, no sólo española, sino del resto de países, en la que las posiciones y las propuestas de un partido no se pueden debatir en un Parlamento. Me parece dramático que a un partido democrático se le diga que sus propuestas son vetadas en el Parlamento mientras se dialoga con una organización terrorista; es claramente antidemocrático e inaceptable. Esto, ni Stalin; ni siquiera se considera la oportunidad de debatir".

Poco después de que el PSOE aclarara que no hay veto, y que no puede haberlo, sino una decisión común de no contribuir al enfrentamiento, Eduardo Zaplana no se refirió a Stalin, sino a las dictaduras latinoamericanas. "Si creen que nos van a tapar la boca están equivocados. Seguiremos exigiendo nuestros derechos, representamos a millones de españoles", señaló con tono grave.

Zaplana restó importancia al comentario de Rajoy en el que afirmó que no debería bastar con ser mayor de edad para llegar a presidente del Gobierno. "Lo hizo en tono jocoso. Ustedes le conocen. Mucho más duro ha sido Felipe González, al decir que el Gobierno sólo trabajaba con una hipótesis", optimista, sobre el proceso para lograr el fin de ETA.