La UE quiere segregar el negocio de producción y de distribución
Neelie Kroes, comisaria de Competencia, aireó ayer su frustración con "la triste situación" en que todavía se encuentra la liberalización del mercado energético europeo, y amenazó con imponer por la fuerza la fractura de los gigantes de la energía en productores y distribuidores si se demuestra su conjura para eliminar la competencia en detrimento de consumidores, empresas y de la competitividad europea en general.
Kroes estaba ayer encendida con los resultados de la investigación de la Comisión sobre el funcionamiento de los sectores de la electricidad y el gas en la Unión. Un año de pesquisas concluye denunciando "serias deficiencias que impiden a los usuarios y consumidores obtener los plenos beneficios del proceso de liberalización".
Excesiva concentración en la mayoría de los mercados nacionales y por ello mínima integración entre los respectivos mercados; falta de liquidez, que impide la entrada de competidores; opacidad en la información, que vicia los sistemas de fijación de precios, y vinculación forzosamente larga en el tiempo de consumidores con proveedores son algunas de las flagrantes insuficiencias que socavan la eficacia del sistema, según la Comisión.
El grueso de los males deriva de la insuficiente separación entre la producción y la distribución, que al estar bajo la misma propiedad de operadores históricos imposibilita la entrada de competidores en los mercados, al negárseles el acceso a las vías de distribución. "¿Qué medidas se pueden adoptar en el marco de las reglas de competición?", se preguntó Kroes: "Imponer las multas del 10% [de la facturación anual] y aplicar remedios estructurales. La división, la segregación
[entre producción y distribución] es uno muy importante". Es una medida drástica, calificada de confiscación por algunas empresas, y muy extraordinariamente aplicada. Cuando se le preguntó a Kroes si estaba dispuesta a ir hasta el final, aplicando la legislación comunitaria sobre la materia, respondió: "Desde luego".
Recomendación favorita
La escisión real entre generación y transporte tiene carácter de favorita entre las recomendaciones de la Comisión para dar eficacia al sistema energético europeo. "La separación plena, sin vínculos, es lo más efectivo para los consumidores, para las empresas, para alentar la inversión", señaló Kroes.
Los grandes consorcios se resisten, con el apoyo de algunos Gobiernos, como el francés y el alemán. Bruselas cree que una segunda opción podría valer también: la creación de un regulador independiente, que gestione profesionalmente la red, que seguiría siendo propiedad del productor. "El problema es que eso conlleva más regulación y más burocracia", apuntó Kroes. "Espero que el Consejo Europeo
[la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE] de marzo se incline por la separación". El objetivo es que el nuevo régimen entre en vigor en 2009.
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