Bielorrusia se pliega a las presiones rusas y reanuda el bombeo de petróleo a Europa
Moscú exige que Minsk envíe primero las 79.000 toneladas de crudo retenidas durante la crisis
Bielorrusia se plegó ayer a las exigencias de Moscú de anular el arancel de 45 dólares por tonelada impuesto desde el 1 de enero a los suministros de petróleo ruso en tránsito hacia Europa y eso abrió las puertas al desbloqueo de la crisis de aprovisionamiento, que ha afectado a Polonia, Alemania y otros países de la UE. Sin embargo, los suministros rusos no se reanudaron de inmediato. Rusia quiere que sea Bielorrusia quien comience por bombear las 79.000 toneladas de crudo que ha acumulado en sus depósitos al apropiarse del suministro europeo para cobrarse el arancel ahora abolido.
La empresa Transneft (el monopolio de los oleoductos de Rusia) está preparada para reanudar el abastecimiento, según manifestó anoche el presidente de la empresa, Semen Vainshtok, que dijo haber concertado ya con Bielorrusia el bombeo del crudo que "se encuentra temporalmente en su territorio". Vainshtok afirmó que Transneft tenía todo lo necesario para restablecer los suministros, excepto un telegrama de la compañía bielorrusa confirmando que estaban preparados técnicamente para empezar a bombear a plena capacidad.
"Estoy seguro de que mañana los suministros de petróleo a Europa se efectuarán a pleno volumen", dijo el ejecutivo, según el cual las 79.000 toneladas acumuladas en el país vecino bastaban para 8 o 9 horas de bombeo. Pese a que el suministro se efectuará al máximo, no será posible cumplir con los planes de abastecimiento previstos para el mes de enero, según precisó Vainshtok
Antes, el viceministro de Desarrollo Económico de Rusia, Andréi Sharónov, insistió en que Rusia espera que Bielorrusia le devolverá el crudo que ha tomado "sin fundamento" y expresó la esperanza de poder reanudar anoche las conversaciones comerciales con los representantes de Minsk, que Moscú se había negado a proseguir en tanto Bielorrusia no hubiera eliminado el arancel de tránsito.
Según Sharónov, estaba previsto debatir otros temas conflictivos, como la abolición del impuesto ruso sobre la exportación de crudo a Bielorrusia (180 dólares por tonelada, vigente a partir del uno de enero) y la distribución de los beneficios fiscales bielorrusos procedentes de los productos petrolíferos.
Dando muestras de una mayor dureza negociadora, Vainshtok subrayó que no se volverá a la situación existente antes de que Rusia gravara la exportación. "El arancel de tránsito bielorruso ha sido abolido, pero el nuestro [arancel] de exportación, no. Y en estas condiciones comienzan las negociaciones", afirmó.
El ejecutivo se mostró satisfecho del funcionamiento del sistema de oleoductos rusos, que, según dijo, fue capaz de absorber todo el petróleo producido sin limitaciones. "Y podemos mantenernos aún bastante tiempo", subrayó.
El presidente Alexander Lukashenko y su colega ruso, Vladímir Putin, conversaron ayer por teléfono, por iniciativa del primero, según puntualizaba el servicio de prensa del Kremlin. En la conversación, según se encargó de anunciar el servicio de prensa de Lukashenko, se había llegado a un "compromiso que permitirá desbloquear la situación que se ha creado, también en lo que se refiere al tránsito de petróleo ruso a los países de Europa a través del territorio de Bielorrusia". Los jefes de Gobierno de los dos países debían realizar propuestas concretas para resolver todas las cuestiones problemáticas y someterlas a los jefes del Estado mañana viernes.
El Gobierno bielorruso se reunió para examinar la disposición que establecía un arancel para el petróleo ruso en tránsito por Bielorrusia. El jefe del Gobierno, Seguéi Sidorski, solicitó al ministro de Economía, Nikolái Zaíchenko, que hiciera un informe para "tomar una decisión ponderada y basada en los intereses económicos de Bielorrusia". Al acabar la reunión, Sidorski anunció que se había decidido abolir el impuesto al crudo ruso.
Uno de los elementos que parecen haber conseguido doblegar la voluntad de Lukashenko es la perspectiva de amplias sanciones comerciales contra Bielorrusia. El diario Védomosti informaba ayer de que el Gobierno ruso se disponía a imponer tasas a las importaciones bielorrusas desde el próximo febrero.
Rusia es el primer mercado exportador de Bielorrusia. A las tasas que gravan las importaciones de azúcar, se unirían la carne y sus derivados (el 99,9% de las exportaciones bielorrusas), los televisores (cerca del 90%) y los muebles (más del 80%). Rusia puede adoptar medidas económicas punitivas sin perder tiempo en formalidades gracias al la ley firmada por Putin en vísperas de año nuevo, que permite al presidente adoptar decisiones como alterar los aranceles aduaneros, si es necesario reaccionar inmediatamente ante actuaciones hostiles de países extranjeros.
Desde la capital bielorrusa se asegura que la población ha comenzado a acaparar divisas extranjeras y es difícil encontrar euros o dólares en las oficinas de cambio.
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