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Nuevo Congreso en EE UU

Los demócratas toman el control del Congreso para "cambiar el rumbo"

El bipartidismo y la cooperación centran los discursos tras 12 años de dominio republicano

Yolanda Monge

Tras 12 años de destierro político, los demócratas asumieron ayer el control de ambas Cámaras del Congreso de Estados Unidos. "Hoy hacemos historia. Hoy cambiamos el rumbo de nuestro país", declaró una exultante Nancy Pelosi, de 66 años, primera presidenta de la Cámara de Representantes en la historia del país, y desde ayer, la mujer con más poder político de EE UU. La palabra más repetida fue bipartidismo, seguida de diálogo. Tras 12 años de agrio debate y atascos legislativos, demócratas y republicanos parecen comprometidos en inaugurar una nueva etapa de cooperación.

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Rodeada por algunos de sus cinco nietos en tan histórico momento, Pelosi, la hija de un alcalde de Baltimore que no estaba llamada a la política, parecía brillar cuando en la Cámara se pronunció su nombre, y automáticamente quedó convertida en la segunda persona en la línea de sucesión presidencial tras el vicepresidente, Dick Cheney.

Pelosi levantó el martillo de la presidencia y rompió el techo de cristal que limita a las mujeres. Levantó el martillo e hizo historia para todas las mujeres de Norteamérica. "Por nuestras hijas, por nuestras nietas, tras 200 años de trabajo, que no de espera", explicó la política. Levantó el martillo y declaró: "Acepto este mazo dentro del espíritu del compañerismo, no del partidismo, y pretendo trabajar con ustedes en beneficio del pueblo americano".

El día era ayer en Washington resplandeciente, con un cálido sol extraño en enero. Al mediodía, los 435 miembros que forman parte de la Cámara de Representantes y los 100 que ocupan el Senado se reunían en el nuevo Congreso de EE UU tras 218 años y 110 consecutivas legislaturas. Todo eran abrazos y felicitaciones. La palabra más repetida era bipartidismo, seguida de diálogo. Las circunstancias obligan. El pasado 7 de noviembre, los electores sancionaban la política del presidente republicano George W. Bush -quien ayer mantuvo un perfil bajo para no eclipsar la inauguración del nuevo Congreso-, y retiraban la confianza en sus representantes en el Capitolio. El giro electoral se interpretó en clave de política exterior: la caótica e impopular guerra en Irak pasaba factura. La primera víctima llegó en menos de 24 horas: el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, abandonaba su cargo.

Harry Reid, flamante líder de la nueva mayoría demócrata en el Senado, también insistía en que su partido "trabajará de forma bipartidista", de forma abierta, para resolver "los problemas de los estadounidenses". Ha llegado la hora de que el Partido Demócrata ponga en práctica el discurso desarrollado durante la campaña electoral, centrado en contra de la llamada "cultura de la corrupción" en el Capitolio de Washington.

Proyectos polémicos

En sus primeras 100 horas de legislatura (unos 15 días laborables), que darán comienzo el próximo martes, los demócratas se proponen sacar adelante proyectos tan polémicos como flexibilizar las investigaciones científicas con células madre embrionarias, o tomar medidas para acabar con la corrupción en la política. Aumentar el salario mínimo, que no ha subido en 10 años -hasta que no se lleve a cabo, los demócratas se han comprometido a no subir el sueldo de los congresistas- y mejorar el sistema sanitario Medicare, que afecta a millones de ancianos y jubilados, son otros de los objetivos que se encuadran dentro de las ambiciosas 100 horas de Pelosi. En un año preelectoral -las presidenciales de 2008 están a la vuelta de la esquina- los demócratas esperan zambullirse de pleno en la revisión de la estrategia política y militar de EE UU en Irak, aunque más allá de la salida de las tropas no han aportado muchas ideas de cómo escapar del avispero iraquí.

Un total de 233 legisladores demócratas frente a 202 republicanos es una cómoda mayoría para la Cámara de Representantes. Pero los dígitos son mucho más frágiles en el Senado. Ambos espectros políticos han logrado el mismo número de escaños: 49. Sin embargo, los dos independientes, el senador por Vermont Bernie Sanders y el senador por Connecticut Joe Lieberman, se dicen comprometidos a mantenerse fieles a las ideas de los demócratas. Si Tim Johnson, 59 años, senador por Dakota del Sur, no se recupera del infarto cerebral sufrido en diciembre, su baja llevaría encadenada la pérdida del Senado para los demócratas. Pero ayer era un día de celebración, no de matemáticas políticas. "En esta casa pertenecemos a diferentes partidos, pero sólo servimos a un país", enfatizó la representante de California ahogada por los aplausos. "Dios bendiga América", finalizó Pelosi, no sin antes invitar a los niños presentes en la Cámara a tocar el simbólico martillo que sanciona las leyes que rigen EE UU.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, alza un mazo tras su elección.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, alza un mazo tras su elección.REUTERS

LA AGENDA DE LAS 100 PRIMERAS HORAS

- Endurecer las normas éticas de los legisladores para evitar la corrupción

- Aplicar las recomendaciones pendientes de la comisión del 11-S sobre seguridad

- Aumentar el salario mínimo, por primera vez en 10 años, de 5,15 a 7,25 dólares a la hora (de 3,93 a 5,53 euros)

- Negociar los precios de los medicamentos en el sistema sanitario para los jubilados

- Promover la investigación con células madre embrionarias

- Bajar a la mitad los tipos de interés sobre los préstamos a los estudiantes

- Eliminar subsidios a las petroleras, en un periodo en que obtienen grandes beneficios, e invertir el ahorro en energías renovables

- Impedir cualquier intento de privatización de la Seguridad Social

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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