"Hasta el último momento tuvimos esperanza de hallarle vivo", dice un hermano de Palate

"Hasta el último momento tuvimos esperanza de que estuviera vivo, pero no pudo ser...". Así se expresaba ayer a las puertas del Instituto Anatómico Forense de Madrid, con lágrimas en los ojos, Luis Jaime, hermano de Carlos Alonso Palate, la primera víctima mortal de ETA desde el asesinato de dos policías en Navarra en mayo de 2003. El féretro de Carlos Alonso partió ayer a las seis de la tarde del aeropuerto de Torrejón en un Boeing 707 de las Fuerzas Aéreas. Además de una decena de familiares de la víctima, en nombre del Gobierno viajó Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica.

Un hermano de la víctima vendrá a España para trabajar y ayudar a la familia

Luis Jaime, cabizbajo, agradecía ayer a las autoridades "lo bien que se están portando". "Muchas gracias, gracias", repetía. El féretro de su hermano, de 35 años, partió ayer en un avión militar del aeropuerto de Torrejón rumbo a Mambato (Ecuador), su ciudad de origen. Allí le esperan su madre, invidente, y dos hermanos. Carlos Alonso era "el referente" económico de la familia. Desde Valencia, donde trabajaba desde hace cinco años en campañas de recogida de naranjas y en una fábrica de plásticos, enviaba dinero todos los meses a su familia.

Su papel como sostén familiar lo ocupará ahora Luis Jaime, que siempre deseó venir a España, aunque un problema con la vista le retenía. El Gobierno, por indicación expresa del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, le ayudará a encontrar un trabajo en España. La intención de Luis Jaime es trabajar aquí. "Al llegar a Madrid", señalan fuentes del Ministerio de Interior, "se le compró ropa porque venía con una chaqueta prestada que le quedaba muy grande. Con timidez, pidió unas gafas de sol porque decía que tenía problemas en la vista. Lo que hicimos fue llevarle al hospital Ramón y Cajal, donde lo examinaron y, efectivamente, tiene un serio problema de visión. Cuando vuelva, aparte de llevarle de nuevo al especialista, hablaremos con él para ver qué trabajo se le puede conseguir y que, de alguna forma, se encargue del mantenimiento de la familia que antes asumía su hermano", señalaron las citadas fuentes.

Al cadáver de Carlos Alonso, antes de su traslado a Ecuador, se le practicó ayer la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Madrid. Murió por "parada cardiorrespiratoria por aplastamiento". "Creemos que pudo estar con vida, asfixiándose, unos cinco minutos", señalaron fuentes del Anatómico Forense, donde ayer se ofició un responso por Carlos Alonso. Al acto acudieron altos cargos del PP -como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el secretario general del partido, Ángel Acebes- y del PSOE.

Todos coincidieron en que estaban allí para expresar su pesar a la familia. Acebes, además, señaló: "A ETA se la puede vencer, y sabemos como hacerlo". Su fórmula es "con firmeza, sin precio político y con la ley". Aguirre añadió: "ETA suele utilizar las treguas para rearmarse, que es lo que ha hecho en los últimos 40 años".

Para trasladar el cadáver a Ecuador, el Gobierno fletó un Boeing 707 de la Fuerza Aérea que salió de la base aérea de Torrejón. Allí le despidieron los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Defensa, José Antonio Alonso. Junto al féretro viajaron una decena de familiares de la víctima junto a dos psicólogos y Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica. "Toda la familia es muy humilde y trabajadora", señalaron ayer fuentes de Interior. "Su primo Oswaldo, que vive en Valencia, estaba asustado de que pudiera perder el trabajo si las tareas de búsqueda del cadáver se prolongaban. Dijo que en cuatro años que llevaba en España jamás había faltado un sólo día".