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El proceso para el fin del terrorismo

Josu Ternera representó a ETA en la reunión, que duró dos días

El representante etarra participó en los contactos previos a la tregua

Luis R. Aizpeolea

El primer encuentro entre enviados del Gobierno y la banda terrorista ETA desde la declaración de alto el fuego permanente se prolongó durante dos días de la semana pasada. En la mesa se sentaron tres representantes del Gobierno y otros tres de ETA, entre los que figuraba su líder histórico, Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera. Este último protagonizó, en nombre de ETA, las conversaciones con el Gobierno, previas al alto el fuego.

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La cita sirvió, básicamente, para que las dos partes confirmaran que la declaración de alto el fuego permanente seguirá en vigor y que la banda terrorista, de momento, no tiene intención de volver a las armas, además de rebajar la tensión acumulada en los enfrentamientos de los últimos meses, especialmente, desde el pasado agosto. También acordaron los reunidos volverse a encontrar en unas semanas para intentar desbloquear el proceso sobre la base de agenda acordada en el encuentro de la pasada semana.

La importancia de la cita, la primera a este nivel desde la declaración de alto el fuego permanente, el pasado 22 de marzo, se refleja en su interlocución. Por parte de ETA acudió su principal protagonista en este proceso, José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, que ya participó en los contactos de Ginebra (Suiza), en julio, y de Oslo (Noruega), en noviembre, con la representación del Gobierno socialista, en la que hubo participación del Partido Socialista de Euskadi (PSE).

De aquellas reuniones, en las que se pactó un procedimiento de actuación -una mesa entre el Gobierno y ETA para negociar el fin de la violencia y los presos, y otra de partidos, con participación de la izquierda abertzale- surgió la declaración de alto el fuego de marzo de 2006.

En el encuentro de la pasada semana, en el que también estuvieron presentes representantes del Centro de Diálogo Humanitario, de Ginebra (Suiza), como testigos, se hizo un análisis de lo ocurrido desde que ETA decidiera el alto el fuego, el pasado 22 de marzo, hasta ahora y de los hechos que han podido amenazar la viabilidad del proceso. Este análisis fue comparativo con las previsiones que ambas partes hicieron del proceso antes de la declaración del alto el fuego, y su objetivo fue recuperar las bases en se asentó, según fuentes próximas al proceso.

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Violencia callejera

El Gobierno reprochó a ETA el regreso de la violencia callejera a las calles del País Vasco y la estrategia de rearme de la banda terrorista a raíz del robo de 350 pistolas en una armería francesa.

Los representantes de ETA replicaron que esos actos son consecuencia de la política represiva que el Gobierno sigue aplicando hacia los terroristas y los representantes de la izquierda abertzale que les apoyan.

Entre esa política represiva incluyen algunas decisiones judiciales que, según mantienen, han supuesto un ataque injustificado a presos etarras.

En ningún momento de esta primera cita en el proceso abierto para el fin dialogado de la violencia terrorista se planteó el futuro de los reclusos de ETA, casi 500, que hay en las cárceles españolas.

La cuestión de los presos, vinculada al progresivo abandono del terrorismo por parte de ETA, que es el núcleo de las conversaciones entre el Gobierno y la banda terrorista, queda aplazada a futuros encuentros. Y, para ese momento, el Ejecutivo exige que la banda cese la violencia, como reclama la resolución parlamentaria de mayo de 2005.

Aunque algunos dirigentes socialistas y todos los partidos nacionalistas vascos defienden la necesidad de aplicar medidas penitenciarias, como el acercamiento de presos de ETA enfermos a cárceles próximas al País Vasco, el Gobierno y la banda terrorista no se han planteado en el comienzo de los contactos afrontar este problema.

Josu Ternera, en un acto celebrado en Bilbao en 2001.
Josu Ternera, en un acto celebrado en Bilbao en 2001.TXETXU BERRUEZO

López advierte a Batasuna

El secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE), Patxi López, advirtió ayer a Batasuna de que "la violencia inhabilita a quien la practica o a quien la ampara para hacer política" y acusó a la izquierda abertzale de "poner impedimentos para que la paz avance", informa Efe. López hizo estas declaraciones en un acto celebrado por las Juventudes Socialistas en Mondragón (Guipúzcoa) para expresar su apoyo a los militantes socialistas de la comarca por los ataques de violencia callejera y por las presiones sufridas en las últimas semanas.

El secretario general del PSE se comprometió a "poner todo" de su parte para que el "proceso duro, largo y difícil" pueda "seguir adelante", siempre desde la "firmeza en los principios democráticos y en el Estado de derecho". "Queremos que el resultado sea una paz definitiva y la integración de la democracia en toda la sociedad, incluso de los que chillan", dijo en alusión al grupo de radicales que alborozaban en las proximidades del local en que López celebraba el mitin.

El líder del PSE rechazó las acusaciones vertidas "todos los días" por los representantes de Batasuna contra el PSOE, a quien culpan del "bloqueo". "Los que ponen obstáculos son los que practican la violencia y amenazan", dijo López.

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