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El asalto de las televisiones árabes y europeas al Magreb

Al Yazira, cadenas de ocio y un canal participado por el Estado francés pelean por una mayor cuota de pantalla en el norte de África

Primero fue un coto cerrado de las empresas públicas locales; en 1980, el Estado francés abrió una brecha radiofónica; en 2003, el Departamento de Estado norteamericano hizo otro boquete y ahora el espacio audiovisual del Magreb, sobre todo el de Marruecos, se ha convertido en un campo de batalla en el que televisiones nacionales, árabes vía satélite y alguna que otra europea compiten encarnizadamente por la cuota de pantalla.

Magrebíes, franceses y norteamericanos rivalizan por ese mercado norteafricano de 80 millones de habitantes, pero el vecino más inmediato, España, está ausente de la pelea informativa. "Si el interés del Estado español por Marruecos, y por el conjunto del Magreb, se midiese atendiendo al baremo de su presencia audiovisual, España carecería de política exterior en el norte de África", sentencia un diplomático conocedor de la zona.

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Las televisiones públicas del Magreb compiten, desde hace casi una década, con las cadenas árabes vía satélite que hace dos años atraían ya, por ejemplo, al 30% de los telespectadores marroquíes -el 58% prefería las emisoras nacionales-, según un sondeo efectuado por el instituto tunecino Sigma Conseil. Hasta ahora, sin embargo, esos canales digitales difundían una programación dirigida al conjunto del mundo árabe.

A finales de este año han optado por lanzarse directamente al asalto del Magreb. La célebre Al Yazira disparó primero inaugurando en noviembre un telediario norteafricano de 50 minutos elaborado desde sus estudios en Rabat donde trabajan 46 personas. Con corresponsalías en Libia y Mauritania, pero vetada en Túnez y en Argelia, la emisora "hace ímprobos esfuerzos para dar cuenta de la actualidad en toda la zona", asegura Hassan Rachidi, director de la delegación rabatí.

El famoso canal de Qatar ha cometido equivocaciones mayúsculas a veces a expensas de la imagen de España. "Las mujeres que trabajan en España en medios de comunicación están discriminadas, cobran menos que los hombres y hasta son víctimas de abusos sexuales. Las periodistas árabes salen mejor paradas que las españolas". Las frases resumen el contenido de un reportaje difundido en uno de los primeros telediarios magrebíes.

Otros dos pesos pesados árabes, la libanesa LBC y la saudí MBC, han saltado también al ruedo del Magreb. Ambas cadenas de ocio acaban de estrenar una programación para la zona que, en un primer momento, consiste sobre todo en una adaptación de horarios, pero que no tardará en convertirse en un canal específico diferente de los que se reciben en Oriente Próximo y el Golfo.

Ante este asalto audiovisual Marruecos ha reaccionado permitiendo la creación, con el apoyo del capital público francés y bajo la dirección del ex militar Pierre Casalta, de una primera televisión privada (Medi 1 Sat) que desde el 1 de diciembre emite desde Tánger informativos en árabe y francés. Fue el propio presidente Jacques Chirac quien anunció, hace tres años en Fez, su lanzamiento sin precisar la fecha. La impronta oficialista de la nueva cadena compromete de antemano su éxito.

Paralelamente, Rabat va a incrementar el número de sus canales públicos a los que se han añadido ya uno dedicado al deporte (Arryadia). Argelia se resiste a privatizar, pero amplía su oferta pública, mientras que Túnez abre tímidamente la mano al sector privado. En enero está previsto el nacimiento de Bessma TV, un canal tunecino pero con vocación magrebí perteneciente a los hermanos Karoui.

La redacción de Al Yazira Internacional, en Doha (Qatar).
La redacción de Al Yazira Internacional, en Doha (Qatar).EFE

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