La familia del taxista asesinado pedirá un nuevo juicio

El abogado José Ricardo Palacio, que representa a la acusación particular en nombre de la familia del taxista Eduardo Robredo, degollado en diciembre de 2005 en Bilbao, tiene previsto recurrir la sentencia que ha condenado a diez años y medio de cárcel al autor del homicidio, el joven Reyni Emmanuel Pichardo, y solicitar un nuevo juicio. En su defecto, reclamará una nueva sentencia acorde con el primer veredicto del jurado.

Palacio explicó a la agencia Efe que, tras finalizar el juicio el pasado día 1, el jurado popular emitió un primer veredicto en el que consideraba al acusado culpable de un delito de asesinato. Sin embargo, la magistrada que presidía el tribunal, Nekane San Miguel, devolvió al jurado dicho veredicto al estimar que contenía errores y les dio a sus componentes una serie de instrucciones que "fueron equivocadas", en opinión de Palacio.

Esta decisión, siempre según el letrado, "indujo involuntariamente a error al jurado", que emitió un segundo veredicto en el que se consideraba a Pichardo culpable de homicidio, lo que implica una pena de prisión más baja. "El meollo es determinar si las instrucciones eran equivocadas o no", afirmó ayer Palacio. El letrado insistió en que la base del recurso que presentará ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior girará en torno a esa petición de nulidad del fallo y del segundo veredicto por homicidio, y en la solicitud de que se celebre un nuevo juicio con un nuevo jurado, o se dicte un nuevo fallo de acuerdo con el primero de los veredictos.

También tiene previsto recurrir la sentencia la abogada del acusado, Raquel Rodríguez, quien insistirá en que se considere la legítima defensa, al menos como atenuante. La letrada agregó que la pena a la que ha sido condenado su cliente era "la esperada" en función del veredicto del jurado y compartió la reflexión de la magistrada ponente sobre el tiempo de condena y la posibilidad de resocialización de Pichardo en función de su edad, 21 años. El fallo defiende dar otra "oportunidad" al condenado y considera "adecuada" una pena de diez años y medio porque una prolongación de la prisión resulta "difícilmente compatible" con la resocialización.

La sentencia considera al joven responsable de un delito de homicidio con la atenuante de arrepentimiento espontáneo. El tribunal le condena también a inhabilitación absoluta durante ese mismo plazo y al pago de indemnizaciones que suman 201.000 euros a los familiares del taxista.