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Reportaje:

Profesionales de la ayuda

El veterano y la recién llegada al máster de cooperación más antiguo explican por qué se precisa formación específica en este campo

J. A. Aunión

En ocasiones, tienen que desarrollar su labor en condiciones precarias, de estrés, incluso de riesgo, en zonas de catástrofes o de conflictos bélicos, pero no son, "de ninguna manera, aventureros". "Somos profesionales y cada día tenemos que serlo más", asegura Ignacio Martín, un madrileño de 36 años que desde hace ocho trabaja como cooperante para la ONG Solidaridad Internacional en Colombia. Desde hace años, el sector de la cooperación reclama profesionales con preparación y conocimientos específicos para poder desarrollar su labor, no sólo directamente en los países pobres, sino también en las tareas de búsqueda y gestión de fondos, la preparación de proyectos, las tareas de sensibilización...

Se necesitan conocimientos para gestionar fondos y redactar proyectos

En España, las universidades han desarrollado en los últimos años multitud de posgrados (másteres) en cooperación, con un enfoque más generalista o más especializado: desde gestión del agua a medicina para situaciones de emergencia. Todos estos másteres son títulos propios de las universidades y su desventaja es probablemente que todos ellos cuestan en general, los que alcanzan todo un curso, más 2.500 euros.

Entre los generalistas, quizá hay ocho o 10 títulos de referencia, entre otros, el más antiguo de España, el de la Universidad Complutense, que tiene ya 21 años de vida. Cuando Alfonso Gamo hizo este máster, en su primera edición, no había ninguna otra oferta de este tipo, y el curso complutense estaba principalmente enfocado para preparar a personal de la cooperación oficial española. "Había estado un año antes en Costa Rica. Teníamos mucha voluntad, pero trabajábamos un poco por instinto", cuenta.

En el curso, asegura, le dieron esas herramientas que le faltaban. En aquel momento estaba naciendo la cooperación de la UE. "Es evidente que esas herramientas son imprescindibles, aunque luego haya que tener la sensibilidad y flexibilidad necesarias para ponerlas en práctica", explica Gamo desde su experiencia de 20 años en cooperación, durante los que ha pasado por diversos puestos tanto en la administración, como en ONG, hasta su cargo actual, de responsable de comunicación del Centro de Estudios de América Latina y Cooperación Internacional de la Fundación Carolina.

Gamo le da estas claves un día de noviembre a Lucía Menéndez, asturiana de 28 años, alumna de la presente edición del máster de la Complutense, que cuesta 3.250 euros. Tras licenciarse en Historia, hacer un posgrado en gestión cultural y desarrollar varios trabajos en este ámbito, Menéndez recaló el año pasado en la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), en un proyecto impulsado por la Comisión Europea para fomentar la cohesión social en América Latina. A pesar de su formación previa y de sus conocimientos de idiomas, también se dio cuenta de que tenía "carencias en el campo de la cooperación". Comenzó el curso en octubre y, hasta el final, a mediados del año próximo, repasará las estructuras sociales, políticas y económicas de los países pobres, la sociología y tendencias del desarrollo...

La clave de este máster, como la mayoría de los posgrados de este tipo, es mezclar la formación que dan los docentes universitarios (el 50% del profesorado) con la ofrecida por expertos y profesionales del sector, asegura José Ángel Sotillo, director del curso. "Antes, el trabajo estaba muy basado en la ilusión por la cooperación. Ahora, esa ilusión no se ha perdido, pero está cada vez más basada en la profesionalización. Nosotros tenemos cada año unas 200 solicitudes para 40 plazas", asegura.

"Hace unos 10 años, cuando se produjo el movimiento a favor del 0,7% [reivindicaba que este porcentaje del PIB se destinara a ayuda a los países pobres], la sociedad empezó a reclamar a las ONG que hicieran más cosas, querían saber dónde iba su ayuda y cómo se estaba usando", asegura Alfonso Gamo. En su trabajo actual, de 10 personas, sólo cuatro tienen formación concreta en cooperación, asegura.

"Quizá estamos a mitad de camino de la profesionalización completa", explica Luis Miguel Puerto, director del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Complutense, creado en 1992, que ofrece actualmente, además del máster en Cooperación Internacional, otros títulos en gestión de ONG, o Medioambiente, entre otros. Además, desarrolla cursos específicos para administraciones y ONG y lleva a cabo trabajos de redacción de proyectos de actuación e investigación.

En ese camino de profesionalización, dos consejos le da Alfonso Gamo a la recién llegada Lucía Menéndez. El primero, que aproveche toda la documentación que le darán en el máster, "porque una de las cosas más importantes que aportan estos cursos es la capacidad de reflexionar sobre tu propio trabajo". Y por último, que la cooperación no sólo se hace en los "países pobres, sino que puede hacerse en España, desde el Estado, los ayuntamientos, a través del comercio justo...".

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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