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El área de Barcelona tiene aún 1.720 hectáreas disponibles para suelo industrial

La reserva existente se agotará en un plazo máximo de 10 años, según un informe

Claudi Pérez

Las empresas tienen aún una buena cantidad de suelo industrial para instalarse en Barcelona. Contra el tradicional argumento de falta de suelo, las reservas actuales del área metropolitana ascienden a 1.720 hectáreas. Aun así, el suelo disponible se agotará en un plazo máximo de 10 años si no se ponen en el mercado nuevas áreas, según el Atlas Industrial de la Región Metropolitana de Barcelona, presentado ayer.

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El área metropolitana de Barcelona es el granero industrial de Cataluña. Hasta 10.000 hectáreas están destinadas a suelo industrial, según los datos del Atlas Industrial editado por el Pacto Industrial de la Región Metropolitana de Barcelona, Barcelona Regional y el Consorcio de la Zona Franca. Esos 100 millones de metros cuadrados -equivalentes a 15.000 campos de fútbol- son la base de un viejo lugar común: la carestía de suelo industrial derivada de la saturación de algunas zonas, que dificulta la implantación de nuevas empresas y encarece los precios.

El informe pone en cuestión este aspecto. Según el equipo de la Universidad de Barcelona que ha elaborado el atlas, las reservas existentes ascienden todavía a 1.720 hectáreas, básicamente en cuatro comarcas: Vallès Oriental, Alt Penedès, Vallès Occidental y Baix Llobregat concentran más del 80% de ese suelo. Aun así, el informe augura que las reservas existentes se agotarán "en el mejor de los casos" en sólo una década, si no se crean nuevas áreas y si se mantiene una pauta de ocupación similar a la de los últimos años.

La concentración industrial es muy elevada en el Barcelonès, el Baix Llobregat y el Vallès, especialmente en municipios como Barcelona, Terrassa, L'Hospitalet de Llobregat, Santa Perpètua de Mogoda y Barberà del Vallès. Por contra, las reservas de suelo se encuentran en localidades como Vilafranca del Penedès, Castellbisbal y Sant Esteve Sesrovires. Sin embargo, los datos "son aproximados. No sabemos la superficie que ya está puesta en el mercado y la que está retenida a falta de permisos o pendiente de urbanizar", explicó Maria Buhigas, una de las autoras del estudio.

Minifundismo

La concentración del suelo industrial en unas pocas comarcas contrasta con la dispersión de las empresas, diseminadas en polígonos industriales. 60 de los 156 municipios de la región disponen de una reserva industrial inferior a 10 hectáreas, un dato que ha acentuado "la proliferación de polígonos sin control", reconoció Juan Carlos Montiel, director general de Barcelona Regional. "Cada Ayuntamiento se ha dedicado a hacer la guerra por su cuenta, lo que ha derivado en problemas de logística y en la creciente congestión de las infraestructuras. Hay que recuperar el Incasòl como organismo planificador para reducir la actual ineficiencia que provoca la construcción de polígonos en lugares a menudo de lo más insólito", dijo.

El informe concluye que resulta inconveniente "seguir aplicando sólo criterios estrictamente locales, sin una visión de conjunto supramunicipal". "Es absurdo que el polígono industrial se haya convertido en un equipamiento municipal más. No es lo mismo una escuela o un polideportivo que un polígono, que necesita determinados servicios y una visión más global, como la que ha tenido por ejemplo el despliegue hospitalario por el territorio", argumentó Montiel.

La escasez de suelo industrial para ubicar factorías en Barcelona es una queja constante por parte de muchas empresas, avalada por algunas de las consultoras inmobiliarias que operan en este segmento. Según las consultoras, el precio de este suelo es muy elevado, lo que retrasa la puesta en marcha de algunos proyectos, que incluso llegan a renunciar al área metropolitana -y por tanto a la proximidad al puerto y el aeropuerto- y se instalan en solares más asequibles.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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