Baches en la gestión de la M-45

Largos tramos de la carretera sin iluminar por las noches, taludes sin redes de seguridad, falta de personal, cámaras de seguridad que no están supervisadas por la noche... Son algunas de las irregularidades en la conservación de una gran parte de la autopista M-45 -con una extensión de 44 kilómetros de longitud- comprobadas a partir de la denuncia de siete empleados de M-45 Conservación.

Ésta es la empresa encargada de la gestión de la autopista y que une a otras dos firmas, Concesiones de Madrid S. A. y Autopista Trados-45, las dos adjudicatarias de los tramos I (entre la A-2 y el eje de O'Donnell) y II (entre dicho eje y la A-4) de la M-45. Un recorrido por esas zonas de la carretera realizado esta semana pasada sirvió para comprobar que lo denunciado era cierto. Las irregularidades advertidas incumplen el pliego de condiciones impuesto en 1999 por el Gobierno regional.

Esta situación ha sido denunciada en varias ocasiones por IU en la Asamblea regional, la última en la Comisión de Transportes e Infraestructuras del pasado lunes. Hasta ahora sin éxito, porque las concesionarias no han tomado medidas para solventarla.

La M-45 fue construida en 2001, cuando gobernaba Alberto Ruiz-Gallardón, a través de una concesión a 25 años y las empresas adjudicatarias cobran por el sistema de peaje en la sombra. Es decir, el Gobierno regional les paga en función del número de vehículos que la utilicen anualmente. La Comunidad ha presupuestado para 2007 una partida de 64,3 millones de euros para la amortización y el mantenimiento de la autopista. Esa cantidad es superior a la que destina a mantener toda la red de carreteras regionales (unos 2.500 kilómetros), cifrada en 58 millones en los mismos presupuestos. "El Gobierno regional justifica ese dinero en el mantenimiento de la carretera", afirma el diputado de IU, Fausto Fernández. Las irregularidades advertidas en la autopista M-45 indican que ese dinero está, como mínimo, mal utilizado. Éstas son algunas de ellas:

- Cámaras sin controladores. El centro de control de vigilancia de la M-45 debería llamarse de otra manera por las noches, a tenor de las ausentes medidas de seguridad que guarda entre las once de la noche y las siete de la mañana los días laborables. Los fines de semana es peor, porque no hay nadie desde las siete de la tarde. Un muro de metro y medio rodea el recinto, pero es fácil de escalar: hay apoyos a diferentes alturas. Por si fuera poco, es habitual que la puerta se estropee y, cuando ocurre puede tardar mes y pico en ser arreglada, comenta Alfonso Valderas, de 34 años, uno de los siete empleados que ha decidido denunciar la situación pese al riesgo de represalias laborales.

Una vez dentro del recinto, es aún más sencillo. Cuando se pisa sobre la alfombra que hay frente a la puerta de cristal de acceso al edificio, ésta se abre automáticamente. A la derecha, está la sala con las pantallas que vigilan los diferentes tramos de la autopista. En la parte inferior de las cámaras se indica la hora: son las 23.30 y nadie supervisa a estas horas las pantallas por si hubiera algún incidente. En todo el edificio no hay ni un alma. El diputado Fausto Fernández se sienta con absoluta tranquilidad frente a las cámaras y se deja fotografiar.

- Vigilancia. El pliego de condiciones establece que en cada turno de ocho horas debe haber tres vigilantes. Es decir, en turnos de ocho horas por siete días, debería haber unos ocho guardas. Además, cada turno debe contar con un retén: "Estará formado al menos por un telefonista, un jefe de equipo (...). Dos operarios".

El retén brilla por su ausencia, pero el vigilante existe. Lo que ocurre es que es uno por turno y debe patrullar en furgoneta por toda la autopista. "Vamos de uno en uno, carretera arriba y abajo", explica Rubén Caballero, de 28 años. "Si ocurre algo al otro lado de la autopista, ni me entero", cuenta. La carretera queda así bajo la única supervisión de la Guardia Civil, cuando patrulle por allí.

- Falta de personal. "Según el pliego yo calculo que, en las condiciones más restrictivas, debería haber 62 jornadas. Pero en realidad son 18 trabajadores", explica el diputado de IU. Además del personal para vigilancia, el pliego impone la existencia de una brigada de cuatro personas (capataz, dos conductores y un peón) para labores de limpieza por cada 10 kilómetros. Es decir, 32 personas deberían estar contratadas para estas actividades. "No hay tal retén", afirma Fernández. "Quitando el personal administrativo, tienen 18 personas que hacen labores de vigilancia, seguridad, limpieza y mantenimiento". A lo que agrega: "Según el cálculo que hace el Gobierno regional, lo más caro de la concesión es el personal".

"Yo cobro unos 950 euros al mes", asegura Antonio Alejo, de 44 años. Como el resto de trabajadores lleva cuatro años sin que le suban el sueldo. "Lo reabsorben porque dicen que cobramos por encima del convenio colectivo".

- Conservación. Las concesionarias están obligadas a cubrir con mallas o mantas de protección los taludes, terraplenes y el entorno de la carretera, según el artículo 6.1.c del pliego de condiciones. Pero en toda la M-45 no hay uno solo cubierto. Los empleados advierten de que, con la lluvia, es frecuente que caigan cascotes a la calzada.

"Cuando se derrumban a la carretera nos hacen quitarlas con pala como en el siglo XVI, cuando tenemos maquinaria", cuenta Iván Robles, de 27 años. Además, hay grietas en la calzada, baches y las marcas viales se ven mal. "La maquinaria que sirve para disparar la pintura reflectante no es la adecuada", explica Miguel Ángel Martín Morientes, de 31 años. Y así ocurre que las partículas reflectantes caen junto a la pintura pero se vuelan con el aire.

El diputado de IU apunta que el reasfaltado de las calzadas es uno de los aspectos más caros de la conservación de una carretera y que podría justificar el dinero que destina el Ejecutivo a esta vía. "Nunca se ha hecho", asegura. Tampoco el perfilado de las cunetas, la reparación de baches y blandones, como confirman los empleados de la adjudicataria. "Y las balizas no se ponen todas nuevas, sino que se recuperan. Es decir, se pone otra chapa nueva y se tapan", afirma otro trabajador, Roberto Jiménez, de 29 años.

- Tramos sin luz. El conductor que circula de noche por la M-45 encontrará varios tramos completamente a oscuras (ver la fotografía de la página anterior). También algunos de los ramales. En algunos puntos de la carretera en los que las farolas funcionan, dos de cada tres están apagadas.

- Plan de viabilidad invernal. "Tienen el material, pero no el personal", apunta otro empleado, Juan Cuesta, de 38 años, sobre el plan para el invierno. El punto 6.3 del pliego de condiciones impone que debe garantizarse el paso por la carretera sin necesidad de cadenas. Para ello, debe hacer acopio de fundentes (normalmente sal), "en previsión de heladas y nevadas"; y si las condiciones lo aconsejan mantener en el parque de maquinaria un mínimo de dos camiones con cuña y esparcidor automático de fundentes". Además, "personal suficiente, especializado en labores de viabilidad invernal". No está contratado.

El gerente de M-45 Conservación, Juan Luis Pardo, declinó el pasado viernes responsabilidad en el cumplimiento del pliego, puesto que, según dijo, su empresa no lo firmó. Y remitió a la Comunidad de Madrid para más información. Antes le dio tiempo a asegurar que es "rigurosamente falso" que haya problemas de vigilancia.

La Consejería de Transportes e Infraestructuras explicó que tienen una persona para comprobar el cumplimiento de los pliegos de condiciones. Una vez al mes hace labores de "mantenimiento horizontal", que consisten en revisar las señales y comprobar los márgenes; cada dos meses comprueban la infraestructura de los viales, las canalizaciones de los laterales, etcétera. "Este mes se han detectado diversos fallos, como en la luminaria", agregó una portavoz, que reconoció que las adjudicatarias no pueden saltarse las disposiciones del pliego. También han detectado "un problema de vigilancia general". Esto ha llevado a Transportes a enviar dos cartas a las concesionarias, en las que advierte que si en la próxima revisión no están subsanados los fallos, se les penalizará.

Pero Fausto Fernández propone otra solución para la autopista M-45: "El grado de incumplimiento y el nulo deseo de arreglar la situación nos hace pensar que hay causa para resolver la concesión por incumplimiento".