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Crítica:MÚSICA CONTEMPORÁNEA | 'El fervor de la perseverança'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Perseverando con fervor

Carles Santos, uno de los enfants terribles artísticos más viejos de Europa, presentó en el Espai Lliure de Barcelona su última creación, titulada El fervor de la perseverança, un espectáculo de una hora de duración a cargo del propio autor al piano; una mezzosoprano, Claudia Schneider; una actriz en cueros vivos, Anna Ycobalzeta, que sólo se viste en una breve escena para poder hacer un strip-tease; una pantalla en donde se proyectan fotos y animaciones audiovisuales; un banco, una centrifugadora y una docena de lámparas metálicas que caen del techo al suelo, se levantan por una especie de efecto sinestésico de la música y vuelven a caer cuando ésta cesa. En el espectáculo se interpretan o suenan por altavoz obras de Brahms, Chopin, Tomás Luis de Victoria, Wagner, Hugo Wolf y Santos.

Festival d'Òpera de Butxaca i Noves Creacions

Carles Santos, piano, creación y dirección. Anna Ycobalzeta, actriz. Claudia Schneider, mezzosoprano. Espai Lliure. Barcelona, 23 de noviembre.

El título es adecuadísimo para calificar lo que ocurre en el escenario. Santos es un artista tremendamente perseverante, coherente y fervorosamente tenaz en relación a su obra. Hay un hilo conductor que desde hace treinta años enlaza sus espectáculos y los hace girar sobre unos temas comunes a partir de unos procedimientos que más o menos se repiten.

En El fervor de la perseverança Santos abunda sobre sus temas-obsesión favoritos: la reflexión sobre su propia y conflictiva relación con la tradición musical heredada; su relación visceral y violenta con su instrumento, el piano; la reflexión sobre la naturaleza de la creación artística, expresada en este caso en los textos del espectáculo con postulados que tenían bastante de dadaístas ("Tirar un piano desde el tejado de un rascacielos puede ser también un hecho artístico. Tirar al pianista no es un asesinato, es una idea") y una fijación con todo lo referente al sexo que recuerda a las obsesiones de Woody Allen por el mismo asunto, pero que en Santos son bastante menos intelectualizadas y resultan más crudas, directas, húmedas, salpimentadas con ligeros toques escatológicos y con la inmediatez y delicadeza en la expresión de los graffitis de lavabo de caballeros.

Como sucede en espectáculos anteriores de Santos, éste se articula en torno a una acumulación de escenas que están simplemente yuxtapuestas, sin que haya propiamente ninguna progresión dramática. Musicalmente, tanto en el piano como en la voz, Santos basa una vez más su discurso en la repetición de carácter minimalista de pequeños motivos que avanzan por adición de elementos y alcanzan el clímax resolutivo por crispación. En El fervor de la perseverança hay mucho fervor perseverante del viejo enfant terrible trabajando en la línea que ha orientado su trabajo en las últimas décadas, pero también hay algo, no poco, de repetición de propuestas ya vistas, de estancamiento creativo.

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