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El nuevo IRPF le va a costar a las tres haciendas forales 236,7 millones de euros

Los consejos de gobierno de las tres diputaciones aprobaron ayer sus respectivos y prácticamente idénticos proyectos de norma foral del nuevo Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). El coste de la reforma fiscal en los tres territorios no será muy alto: 236,7 millones de euros (120 millones en Vizcaya, 80 en Guipúzcoa y 36,7 en Álava), cuando la previsión de recaudación por el IRPF este año asciende en el conjunto de los tres territorios a 3.730 millones.

La reforma va a la zaga de la aprobada por las Cortes Generales en septiembre pasado para territorio común. La nueva normativa establece lo que se podría denominar una dualidad de tipos, adoptada ya en territorio común: por un lado, está la tarifa tradicional que se aplica a la renta general, por otro, una tarifa única del 18% que se aplica a las rentas del ahorro (rendimientos del capital mobiliario, del capital inmobiliario y ganancias y pérdidas patrimoniales). Este último punto ha sido muy criticado por los sindicatos por favorecer a quienes viven de las rentas de inmuebles o acciones.

Los contribuyentes pagarán unos 120 euros menos por término medio a partir de la declaración que se presenta en 2008
La deducción por vivienda habitual se eleva hasta los 36.000 euros y se aplicará de forma individual
La nueva tarifa fija un tipo mínimo del 23% y un máximo del 45% con una deducción general de 1.250 euros

Las tres haciendas, que presentaron por separado en sendas ruedas de prensa la reforma que han pactado entre ellas y con el Gobierno en el Órgano de Coordinación Tributaria, calculan que el ahorro medio por contribuyente podría rondar los 120 euros. Los costes de la reforma podrían atribuirse en un 13% a la inferior tributación de las rentas del trabajo, en un 9% a las rentas del ahorro, en un 54% al cambio del modelo de tarifa y en un 24% a la deducción por vivienda habitual.

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Impacto en dos años

Las haciendas esperan amortiguar en dos años el impacto del coste de la rebaja: en 2007, con la tabla de retenciones, que bajará y está pendiente de ser redactada, y en 2008 cuando ya se realice la declaración de la Renta con la nueva normativa, momento en que se verá la cuota final de los contribuyentes. La reforma ha sido calculada en un momento de expansión económica y para que no afecte a la recaudación global de forma que pudiese poner en peligro los presupuestos de las diputaciones, el Ejecutivo y los ayuntamientos.

La tarifa que se aplica a la renta general fija el tipo mínimo en un 23% y el marginal máximo en un 45%, dos puntos por encima del de territorio común. El tramo a tipo cero se ha eliminado y se sustituye por una deducción general en la cuota (la cantidad que queda una vez aplicada la tarifa a la base imponible) de 1.250 euros que podrán aplicar todos los contribuyentes. El impuesto mejora ligeramente la bonificación por trabajo (ver gráfico) y mantiene casi la misma fiscalidad para las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) o planes de pensiones similares.

En los rendimientos de las actividades profesionales se crea una nueva obligación de retención de entre el 3% y el 5% de todas las facturas, sobre los rendimientos que se determinen mediante módulos, orientada a combatir el fraude fiscal.

Las deducciones se mantienen esencialmente sobre la cuota, tal y como se estableció en la reforma de 1999. Este elemento marca una mayor progresividad (pagan más quienes más ingresan) respecto al territorio común, donde las principales deducciones se aplican en la base imponible (la suma de los ingresos del contribuyente), según los responsables forales.

Deducciones personales

El nuevo impuesto aumenta las deducciones personales. Las desgravaciones por hijos se elevan 500 euros por el primer vástago, 600 por el segundo y 1.000 por el tercero. Quienes tengan mayores a su cargo se deducirán 250 euros. Todos los mayores de 65 años podrán deducirse 300 euros, y los de 75 años, 550. Los discapacitados podrán desgravar entre 700 y 1.000 euros según su grado de afección.En todo caso, la deducción estrella sigue siendo la de vivienda, que es la que experimenta una mayor transformación, no sólo en interés de los contribuyentes, sino también de las propias haciendas forales, que acumulaban los problemas por lo complicado de su gestión.

La deducción por vivienda busca mantener el incentivo fiscal a su adquisición, un aspecto que el consejero Javier Madrazo había pedido específicamente a las diputaciones que desapareciera. La deducción establece un crédito fiscal de 36.000 euros a lo largo de sucesivos años, 9.000 euros más que el actual. El crédito se computa además por contribuyente y no por vivienda o unidad familiar. De esta forma se duplica la cantidad de dinero que podrá deducirse una pareja.

La deducción general se establece en un 18%, tanto en las cantidades invertidas como en los intereses. En el anterior IRPF era de un 15% para la amortización y de un 20% para los intereses. El límite máximo se fijaba en el 60% de la base imponible y ahora queda previsto en 2.160 euros al año. A las familias numerosas y los menores de 35 años la deducción se les eleva a un 23% con un tope de 2.760 euros.

Hasta el momento existía un régimen transitorio para quienes habían comprado una vivienda antes de la reforma de 1999. Este sistema, que limitaba la reducción en la deducción fiscal, desaparece. Las haciendas estiman que no es necesario y que la modificación de la deducción amortigua perfectamente el cambio y no lo hace necesario.

Marcar las diferencias

La reforma del IRPF en Euskadi ha ido a rebufo de la que se ha puesto en marcha en territorio común. Lo más significativo es la copia de la dualidad de tipos, la tabla para la renta general y el tipo único para el ahorro. Sin embargo, existen diferencias y la Hacienda de Vizcaya se encargó ayer de reflejarlas en su presentación de la norma. Así, compara el trato a los sistemas de previsión social. En la fórmula foral se fija un doble límite de deducción de 8.000 euros para los planes individuales y otros 8.000 para los de empresa. En territorio común se establece un límite conjunto de 10.000.

Resalta también Vizcaya, además de las diferencias en la tarifa, las mayores deducciones por descendientes, ascendientes y discapacitados. Los 500 euros forales por el primer hijo se quedan en 432 en territorio común y los 2.100 forales por tres hijos (familia numerosa) son 1.776. Además, para los hijos menores de tres años se establece una deducción de 300 euros y otros 300 para los menores de seis. En el resto de España existe una única deducción de 480 euros para los menores de tres años.

También en vivienda se establecen diferencias a favor del IRPF vasco. En Euskadi la deducción se fija en un 18% con una base de 12.000 euros mientras que en territorio común es del 15% sobre una base de 9.000 euros.

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