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Prodi destituye a los tres responsables de los servicios secretos italianos

El jefe del espionaje militar está implicado en el secuestro por la CIA de un imán egipcio

Enric González

Romano Prodi destituyó ayer a los tres máximos responsables de los servicios secretos italianos. El relevo era esperado, sobre todo en el Servicio de Información y Seguridad Militar (Sismi), el poderoso organismo de espionaje militar, implicado en uno de los secuestros realizados por la CIA en Europa. El hasta ahora director del Sismi, Nicoló Pollari, recibió, sin embargo, un premio: fue propuesto como consejero de Estado, y se anunció que cumpliría "una importante misión" en la Presidencia del Gobierno, a las órdenes directas de Prodi.

El presidente del Gobierno aseguró que se trataba de "un relevo natural", pero altos dirigentes de la coalición del centro-izquierda hablaron de la necesidad de un "saneamiento" en los servicios secretos, tras una larga serie de escándalos.

Nicoló Pollari fue sustituido al frente del Sismi por el almirante Bruno Franciforte, un militar que trabajó como agregado en la Embajada en Washington y formó parte del grupo multinacional que planificó la invasión de Afganistán desde Tampa (Florida). Al frente del Servicio de Información y Seguridad Democrática (Sisde), el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior que dirigía Mario Mori, fue nombrado Franco Gabrielli, un prestigioso policía que protagonizó la desarticulación del rebrote de las Brigadas Rojas a principios de los años noventa.

Como secretario general del Comité Ejecutivo de los Servicios de Inteligencia y Seguridad (Cesis), que no es en realidad un servicio, sino un órgano de coordinación del Sismi y el Sisde, fue elegido el general retirado Giuseppe Cucchi, en lugar de Emilio del Mese. Cucchi goza de la confianza personal de Prodi y desde la victoria electoral del centro-izquierda, en mayo, asesoraba al ministro de Defensa, Arturo Parisi.

Pollari parecía encontrarse en una situación muy delicada y se le consideraba un lastre para el Gobierno, por lo que sorprendió su traslado al equipo de Prodi. El más directo colaborador de Pollari, Marco Mancini, director operativo del Sismi, participó activamente, según los fiscales de Milán, en el secuestro del ciudadano egipcio Abu Omar, un imán sospechoso de cooperar con organizaciones terroristas. Abu Omar fue secuestrado en una calle milanesa el 17 de febrero de 2003 y trasladado por agentes de la CIA a Egipto, donde fue torturado y donde sigue aún en prisión sin haber sido juzgado. Mancini fue detenido en julio de este año por su participación en el secuestro.

El caso de Abu Omar no fue el único delito en el que se vio implicado el colaborador de Pollari. Hace unos meses se descubrió una trama de espionaje ilegal nacida en el interior de Telecom Italia y dedicada a almacenar datos sobre miles de ciudadanos; en ella participaba también, según los fiscales, Marco Mancini.

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Otro asunto turbio protagonizado por el Sismi fue descubierto meses atrás, en un piso franco de la organización situado en Roma: varios expedientes de 2001, el año en que Silvio Berlusconi formó Gobierno, contenían informes de personas presuntamente "peligrosas" para la estabilidad del país y de la Administración. Entre ellas figuraban conocidos sindicalistas y dirigentes de la izquierda moderada.

Pollari, sin embargo, se declaró absolutamente ajeno a esos escándalos. En una comparecencia parlamentaria a puerta cerrada, dos meses atrás, aseguró que nunca había sabido nada de la cooperación con la CIA en el secuestro de Abu Omar. Mancini, por el contrario, declaró ante un juez que su participación en el secuestro era bien conocida por sus jefes y contaba con el visto bueno del Gobierno de Berlusconi. Ni el anterior Gobierno ni el actual han querido trasladar a Estados Unidos las demandas de extradición planteadas por la Fiscalía de Milán contra 22 agentes de la CIA.

Piero Fassino, secretario general de los Demócratas de Izquierda, el principal partido de la coalición de Prodi, afirmó que los cambios permitirían "restituir la serenidad, la eficiencia y la transparencia" a los servicios secretos. Italia de los Valores, el partido del ministro y ex fiscal Antonio di Pietro, habló de la necesidad de "un saneamiento" en el espionaje italiano.

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