Roca recibía informes de funcionarios de Hacienda y de la Subdelegación del Gobierno
El ex asesor marbellí registraba todas las llamadas recibidas en la oficina de planeamiento
Los tentáculos de Juan Antonio Roca alcanzaban esferas muy diversas más allá de Marbella. Los contactos que el ex asesor de urbanismo y supuesto cerebro de la red de corrupción municipal atesoraba, revelan su poder e influencia para disponer de información privilegiada. Roca recibía informes de trabajadores de la Agencia Tributaria y de la Subdelegación del Gobierno en Málaga. Además, el ex asesor era informado al detalle de sus citaciones y procesos judiciales que se llevaban a cabo en los juzgados de Marbella a través del oficial detenido el pasado martes por la policía.
Debido a su meticuloso afán por que cualquier información quedara apuntada, Juan Antonio Roca ordenó que todas las llamadas que se recibieran en la sede de Planeamiento urbanístico fueran registradas. La agenda que contiene el registro de dichas llamadas desde el mes de noviembre de 2003 hasta el pasado mes de abril, con números de teléfono incluidos, está en poder del juez instructor del caso Malaya, Miguel Ángel Torres.
Los reveladores detalles señalan cómo una funcionaria de la Agencia Tributaria llamó a Roca para comunicarle que había sido trasladada a la central del órgano fiscalizador, situada en Madrid. Asimismo, un funcionario indicó al ex asesor que había sido trasladado y que "dejaba de trabajar en la Subdelegación" del Gobierno en Málaga.
Entre las llamadas telefónicas registradas destacan asimismo una comunicación entre un fiscal y Roca del 26 de enero de 2005, así como una llamada de un alto responsable de El Corte Inglés al ex asesor. Dicha llamada tenía por objeto el envío de cesta de Navidad a un tal Caparrós.
La agenda revela una llamada del ex alcalde de Marbella Julián Muñoz sólo meses después de la moción de censura urdida por Roca y que le desbancó del poder, en la que Muñoz le informa de que "votaría que sí en lo que sea". El sumario de la investigación policial ya reveló el pasado septiembre a través de escuchas telefónicas la excelente sintonía entre ambos, a pesar de su enconada lucha de poder y su supuesta enemistad pública.
Roca era una referencia sin igual en Marbella. El 30 de marzo de 2005, un empresario le pidió "consejo" sobre un debate en televisión al que debía asistir con José María Ruiz Povedano, por aquel entonces delegado de Obras Públicas de la Junta de Andalucía en Málaga. Y así una llamada tras otra. En la agenda se enumeran pequeños favores que empresarios y potentados de Marbella realizan para Roca a través de empresas repartidas por toda Andalucía. Una llamada de otro empresario se refiere a la búsqueda de un modelo particular de chaqueta para el ex asesor de Urbanismo.
Si en la agenda figuran números extranjeros, como una llamada procedente de una localidad suiza, la mayoría de dichas llamadas se refieren a llamadas referentes a constructores, que pasaban por Roca para negociar las comisiones ilegales por cualquiera de las construcciones que se llevaban a cabo en Marbella. De este modo, la agenda contiene llamadas entre el ex asesor y dos de los constructores detenidos en la tercera fase de la operación policial y acusados de un presunto delito de cohecho, Eusebio Sierra y Giovanni Montaldo.
El contacto judicial
Capítulo aparte merecen las constantes llamadas entre Roca y Francisco Ramírez, oficial del Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella y detenido el pasado martes. Sólo desde septiembre de 2005 a marzo de 2006 Roca recibió seis llamadas de Ramírez. El funcionario tenía al tanto a Roca sobre los distintos procedimientos judiciales que afectaban al consistorio.
Un año antes, el 20 de noviembre de 2004, Ramírez llamó para informar a Roca de la "desestimación en el pleito de la estatua rusa". En este caso resultaron imputados el ex alcalde Jesús Gil y varios de sus colaboradores como Julián Muñoz, por los delitos de falsedad documental, malversación de caudales públicos y prevaricación. Nueve de los diez tomos de este sumario fueron robados del Juzgado número 5 en verano de 2001. Las diligencias se reconstruyeron siete meses después.
El 11 de noviembre de 2004, el funcionario llamó a Juan Antonio Roca para pedirle "un contrato laboral para su hijo" en el Ayuntamiento, y un mes después le indica en un pósit que "le ha traído más papelitos para firmar". El 15 de diciembre de 2004 le informa de que tiene que presentar un documento sobre su comparecencia judicial y en agosto de 2005 le lleva a su oficina una citación judicial.
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