El Museo de Historia recrea la esperanzada Barcelona de la República

"Laralará la la lala lará"... El juego silábico, cantado con la melodía de La marsellesa, sirve como banda sonora de bienvenida a La primavera republicana. Barcelona, 1931-1939, la exposición organizada por el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona, en la que se intenta recrear las esperanzas y las ilusiones ciudadanas ante los nuevos tiempos. "No está pensada desde una supuesta objetividad histórica, sino desde el amor, para mostrar el imaginario colectivo", indicó Antoni Nicolau, director del museo, quien señaló que éste es un planteamiento propio de una institución "comprometida".

La exhibición tuvo ayer una inauguración festiva, con un espectáculo en el que los actores Clara Segura y Pep Cruz, acompañados por el Agustí Fernández Quartet, recordaron el "Visca la República!" con el que el presidente de la Generalitat Francesc Macià saludó el nuevo régimen. Fue un acto muy revelador sobre la tesis de fondo que ha animado la organización de la exposición, reflejado también en el dinamismo lúdico que ésta destila.

"Sentimos cariño por lo que representó la República y hemos intentado plasmarlo", reconoció Nicolau, que presentó la iniciativa como "un homenaje a toda la gente anónima que depositó su interés en un proyecto colectivo, que supuso el primer intento de modernización y democratización de España". El nuevo papel de la mujer representado con el derecho de voto femenino, la generalización de la asistencia sanitaria, el proyecto pedagógico para una escuela laica y mixta, la jornada laboral de ocho horas, son pilares del ideario republicano recogidos en la exposición, que cierra los actos promovidos por el Ayuntamiento para festejar el 75º aniversario de la proclamación de la República.

El 14 de abril de 1931, las calles de Barcelona se llenaron de gente que quería festejar el acontecimiento. A falta de un himno propio, los transeúntes empezaron a cantar La marsellesa, pero como muchos no sabían la letra, se limitaban a tararearla. De ahí la bienvenida a La primavera republicana, diseñada con voluntad de llegar a un público heterogéneo y amplio. Apenas se han utilizado textos; el material expositivo se concentra en grandes plafones con fotografías de la época, vídeos, canciones e incluso olores que contribuyan a acercar al público la emotividad, las aspiraciones sociales y el estilo de vida que acompañó al efímero régimen. Se ha intentado que el punto de vista sea siempre cotidiano, lejos de los discursos oficiales y los estamentos políticos.

La primavera republicana es una exposición creada por Jordi Barrachina y su comisario es Francesc Vilanova. "Somos conscientes de que fue una etapa de tensiones y enfrentamientos, muy complicada, pero éste sería el tema de otra exposición", señaló el comisario en referencia a la tesis de partida barajada. En el recorrido de la exhibición se intercalan coordenadas temáticas y cronológicas. Se inicia con un prólogo donde se explica cómo eran la Barcelona y la España previas a la proclamación, con una sociedad falta de libertades y fuertemente militarizada, como reflejan las imágenes videográficas de una visita de Alfonso XIII a Barcelona con motivo de la Exposición Universal de 1929. Y concluye con el fin de la Guerra Civil y el exilio, el advenimiento del invierno franquista que sepultó todas las aspiraciones y anhelos democráticos. Entre un apartado y otro se presentan al visitante distintos temas con títulos sugerentes y a veces voluntariamente provocadores, tales como La mujer sale de la cocina o La noche canalla, centrado en las actividades de ocio.

La primavera republicana estará abierta al público hasta el 20 de mayo del año próximo. En el marco de la exposición se ha editado un libro que compila testimonios de una veintena de personas que vivieron la proclamación, y se han organizado numerosas actividades complementarias, entre ellas varias rutas por la Barcelona de la II República, un fin de semana republicano para el 14 de abril de 2007, cenas-tertulia y un ciclo de cine sobre la República a través de los ojos de Luis Buñuel.