Erdogan excluye la ruptura y se niega a hacer concesiones a Nicosia
Ankara no ve venir el choque de trenes con la Unión Europea, pero sabe que su viaje hacia Bruselas va a sufrir un importante retraso. El primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, lo explicó así ayer ante un grupo de periodistas en la capital turca. "No creo que vaya a haber una ruptura, ni nada parecido. Una suspensión, una cancelación del proceso, que el tren se quede detenido en la estación... Eso no es posible, pero tal vez haya un retraso en los capítulos de las negociaciones", reconoció.
Después de un año de conversaciones, Turquía sólo ha logrado cerrar uno de los 35 capítulos que debe completar antes de su adhesión a la UE. "Vamos a proseguir con nuestros esfuerzos para incorporarnos a la UE, pero hasta un país como el Reino Unido tuvo que esperar 11 años antes de poder ser miembro de pleno derecho", advirtió.
El primer ministro turco, sin embargo, se mantuvo firme en su rechazo a abrir los puertos y aeropuertos turcos a los barcos y aviones de la República de Chipre, un socio europeo al que Ankara no reconoce.
Erdogan insistió en que no aplicará el Tratado de Unión Aduanera al Gobierno del sur de Chipre, el único internacionalmente reconocido, mientras no se levante el embargo de la UE a las exportaciones procedentes del norte de Chipre, un territorio ocupado militarmente por Turquía desde 1974.
Paralización de relaciones
"Puede producirse un periodo de paralización de las relaciones entre la UE y Turquía; eso dependerá de la actitud de Grecia y de Chipre del sur", puntualizó Erdogan. "Pero no deben esperar de nosotros que abramos nuestros puertos mientras no se ponga fin al aislamiento de Chipre del norte".
El jefe del Gobierno turco también insistió en que Turquía no experimentará una reacción "emocional" si los líderes de la UE deciden en diciembre retrasar las negociaciones con Turquía. "Nuestra actitud no será en ningún caso de rechazo total a la decisión europea, nuestra visión es de futuro", aseguró Erdogan. En un anterior portazo sufrido por Ankara en Europa, en 1997, las calles turcas se llenaron de manifestantes ultranacionalistas.
Un 70% de los turcos prefiere una suspensión de las negociaciones con Bruselas antes que hacer concesiones sobre Chipre, según un sondeo del Instituto de Estudios Estratégicos de Ankara. Un 65% de los consultados se muestra también pesimista sobre el futuro de la adhesión a la UE, mientras que el 80% considera que los responsables de Bruselas no están siendo justos con su país.
Turquía entra además en 2007 en un año electoral, con la designación de presidente de la República por el Parlamento, en mayo, y la convocatoria de comicios legislativos, en noviembre.
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