Empleo desigual

La encuesta de población activa (EPA) del tercer trimestre de 2006 confirma de nuevo que el paro ha dejado de ser un desequilibrio grave de la economía española. Las elevadas tasas de crecimiento económico sostenidas durante años, por encima del 3% anual como media desde 2000, conjugadas con una acelerada creación de empleo, también por encima del 3%, han conseguido reducir el número de desempleados hasta situar la tasa de paro en el 8,1%, que es precisamente la que figura en el balance final de la EPA en septiembre de este año y que es inferior, por ejemplo, a la tasa de desempleo de Francia o Alemania. El mercado laboral sigue funcionando a buen ritmo, aunque un poco por debajo de los niveles registrados en 2005. Entre julio y septiembre se crearon 202.500 empleos -704.600 durante los últimos 12 meses- y la población activa creció durante el trimestre en 130.600 personas, hasta sumar 21.660.700 personas, el 58,4% de la población total.

Sin embargo, los excelentes resultados que se aprecian en términos agregados encubren algunas distorsiones en la estructura del mercado. Los asalariados españoles siguen sufriendo de una elevada tasa de temporalidad -el 34,59%, dos décimas más que en el trimestre anterior-, sin que las reformas contractuales aplicadas por el Gobierno y pactadas por los agentes sociales acaben de cuajar en crecimientos sustanciales de la estabilidad laboral. Es inevitable recordar que la volatilidad en el puesto de trabajo es un factor de riesgo para el crecimiento económico debido al cuantioso endeudamiento de las familias españolas.

También resulta frustrante la abrumadora tasa de paro femenino, y no menos frustrante la incapacidad de articular políticas o iniciativas para aumentar la ocupación de las mujeres. Sucede que la tasa de paro femenino es del 11,11%, casi el doble que la tasa masculina (6%). Las justificaciones momentáneas -cada vez un número mayor de mujeres llegan al mercado de trabajo- soslayan la evidencia de que el mercado laboral pone más dificultades a las mujeres que a los hombres. El debate sobre el desempleo debe enfocarse exactamente sobre la temporalidad y el paro femenino porque son ya el principal problema del mercado laboral y tienden a agravarse.