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Vivienda relanza su programa de alquiler de pisos vacíos y le concede mayor entidad

Bizigune, que se convertirá en sociedad, ha movilizado 3.100 inmuebles desde su inicio en 2003

El Departamento de Vivienda va a relanzar su programa Bizigune, destinado a movilizar los pisos vacíos y colocarlos en el mercado del alquiler, transformándolo en una sociedad pública. De esta forma, contará con más medios económicos y humanos y podrá resolver con mayor agilidad los procesos de adjudicación. Y, sobre todo, se garantiza su permanencia en el tiempo, ya que pasa a formar del departamento con las mismas condiciones que tienen el resto de sus sociedades como Visesa (dedicada a la promoción de vivienda protegida), Orubide (compra de suelo) o Alokabide (alquiler).

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Si Bizigune hubiese continuado siendo un simple programa, quedaría expuesto al criterio del equipo que en cada ocasión dirigiese Vivienda, que tal vez hubiese optado por suspenderlo y potenciar otras áreas. El viceconsejero de Vivienda, Javier Dean, ha explicado a este periódico que la conversión en sociedad pública pretende dar a Bizigune "la importancia que tiene". "Convirtiéndose en una sociedad pública se potencia al máximo la movilización de los inmuebles vacíos".

La transformación será efectiva en los próximos meses, cuando el departamento ultime las negociaciones con los diferentes agentes que formarán parte de la futura sociedad pública, como las cajas de ahorro. Los resultados obtenidos hasta ahora "son importantes", según Dean. Desde su puesta en marcha en mayo de 2003, Bizigune ha movilizado un total de 3.100 viviendas. "Hay que ir a más, porque el número de pisos vacíos sigue siendo significativo en Euskadi y la necesidad de vivienda es urgente, sobre todo entre los jóvenes", añade.

La nueva sociedad permitirá agilizar los procesos de contacto con los dueños de las viviendas vacías y tramitar con más rapidez las adjudicaciones a los inquilinos, de forma que no haya inmuebles sin ocupar entre la entrega por su propietario y la ocupación efectiva.

27.000 pisos vacíos

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"Para todo eso, hay que dotarse de una sociedad, que es una entidad más potente que un programa", asevera Dean.

El último informe de la consejería sobre casas desocupadas que un 7% (en torno a 53.000) se encuentran en esa situación con relación al actual parque de viviendas de Euskadi. De ellas, 20.200 se clasifican como segunda residencia o de temporada y el resto, 32.427, como deshabitadas. Un análisis más profundo permite comprobar que en torno a unos 27.000 pisos de este último grupo resultan auténticamente gestionables, lo que significa que son susceptibles de salir al mercado de alquiler.

El programa Bizigune supuso en su momento un sistema de arrendamiento novedoso, ya que es la propia Administración la que firma el contrato y alquila el piso al propietario a un precio entre un 5% y un 10% inferior al del mercado para ofertarlo a uno menor a los solicitantes. La diferencia entre ambos precios corre a cargo de Vivienda. El Gobierno se convierte así en el casero y garantiza al final del arrendamiento (cinco años) que la casa será entregada en perfectas condiciones. Los propietarios interesados se ponen en contacto con el departamento, que manda a sus técnicos a visitar la vivienda para garantizar su habitabilidad.

Si no es así, le ofrece al propietario la posibilidad de financiar las reparaciones hasta un máximo de 18.000 euros sin coste. Cuando la casa se halla en buenas condiciones, se pone en funcionamiento el proceso de adjudicación. Los demandantes se apuntan a Etxebide. Como máximo, el propietario puede recibir 660 euros mensuales por el arrendamiento. "Hay personas que por la garantía y la seguridad que le ofrece el Gobierno deciden renunciar a un precio más alto para entrar en el programa. Ello tiene un efecto directo sobre los propios precios del mercado libre", apunta el viceconsejero.

La consejería cobra al inquilino como máximo un 30% de sus ingresos. La cantidad que se paga al propietario ronda por término medio los 530 euros mensuales y la que se cobra al inquilino, los 240. La diferencia la asume Visesa, la sociedad pública que ahora gestiona el programa. En el futuro lo hará la propia sociedad Bizigune.

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