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EL PAÍS lanza un sorteo diario cuyo beneficio se destinará a Unicef

Los lectores podrán participar a partir del domingo 29 de octubre

Unicef, que este viernes recibió en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de manos de don Felipe, nació hace 60 años para luchar a favor de la infancia en el mundo, y durante este tiempo ha contado con la colaboración de numerosas entidades solidarias con su propósito. A ellas se suma ahora el diario EL PAÍS, que pone en marcha el próximo domingo 29 de octubre un sorteo o rifa diaria entre sus lectores. Los ingresos de esta campaña provendrán de los SMS y llamadas telefónicas recibidas.

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El beneficio que EL PAÍS consiga con esta operación será entregado a Unicef, que tiene previsto dedicarlo a sus proyectos de protección infantil en países en vías de desarrollo. Entre esos proyectos a los que Unicef destinará el citado beneficio están los de nutrición, agua y saneamiento y educación.

Este sorteo solidario que realizará EL PAÍS, y cuyo beneficio tiene como destinatario Unicef, se pondrá en marcha el próximo 29 de octubre y tendrá un mes de duración, aunque con posibilidad de prolongar el sorteo.

Los premios de este sorteo serán diarios, cada domingo los concursantes podrán ganar un loft en Madrid, y cada día, de lunes a sábado, un automóvil Mercedes Clase A. El concurso está abierto a todos los lectores de EL PAÍS. La promoción es válida sólo en España.

El sorteo, convenientemente autorizado por Loterías y Apuestas del Estado (LAE), operará mediante mensajes SMS y llamadas telefónicas, para lo cual el diario facilitará en la última página de su edición diaria un código que será individual por periódico y día. Los beneficios procederán de estos SMS y llamadas telefónicas. El resultado del sorteo será verificado ante notario y será hecho público a diario en EL PAÍS.

La campaña de EL PAÍS, que tendrá como beneficiario a Unicef, se produce cuando este organismo internacional celebra sus 60 años y el premio Príncipe de Asturias, que este viernes recibió su directora ejecutiva de manos de don Felipe.

En la entrega de los premios, la directiva ejecutiva de Unicef, Ann M. Venneman, subrayó que Unicef trabaja en 158 países para "intentar avanzar en campos como la educación o la sanidad". Y añadió: "Queda mucho por hacer".

Unicef, Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, fue creada por Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1946 con objeto de suministrar ayuda humanitaria a los niños de una Europa devastada tras la II Guerra Mundial.

La historia de Unicef tiene algunos puntos que la convierten en el más alto símbolo de la solidaridad en el mundo. Asistió a ambos bandos en la guerra civil china, en 1947, estableciendo el criterio de que todo niño debe ser protegido durante un conflicto. En la década de los cincuenta inició un programa de ayudas para la salud y la nutrición de todos los países en vías de desarrollo. Este programa convirtió a Unicef en el mayor suministrador de ayuda humanitaria no alimentaria del mundo.

Un momento culminante de la historia de Unicef fue, en 1959, la adopción por parte de la ONU de la Declaración de los Derechos del Niño, entre ellos el derecho a la salud.

Estos programas siguen vigentes, y serán beneficiarios principales del sorteo solidario que ahora entrará en vigor a través de las páginas de EL PAÍS.

Otro momento de gran trascendencia en la actividad mundial de Unicef fue la importancia que este organismo otorgó a los programas de educación en África, donde a mediados de los años sesenta el nivel de alfabetización llegaba apenas al 16%. En 1965, en medio de esa campaña que hoy sigue siendo objetivo importante de la entidad, Unicef recibió el Premio Nobel de la Paz.

Durante todos estos años, Unicef ha seguido suscitando apoyo solidario en todo el mundo, y a la vez ha incrementado su acción en beneficio de los niños desfavorecidos donde quiera que se encuentren.

En los anales de la organización figura también como un renglón de gran trascendencia la llamada Revolución por la Supervivencia Infantil, lanzada "con el objetivo de detener la emergencia silenciosa de millones de muertes infantiles por causas fácilmente prevenibles". Este programa, que recibió el nombre de GOBI (Growth monitoring, Oral Rehydration therapy, Breastfeeding e Immunization), "utiliza el control regular del crecimiento de todos los niños y niñas menores de cinco años para identificar y tratar la malnutrición". Según Unicef, "este programa trajo consigo importantes innovaciones en el cuidado prenatal y en las intervenciones durante la primera infancia".

Derechos de la infancia

Durante estos años, Unicef siguió combatiendo el hambre, la desigualdad, la discriminación de los niños, cuidó de que los derechos de la infancia prevalecieran en un mundo cada vez más peligroso e injusto para con los débiles o los indefensos; en 1990, esa lucha por prevenir la desigualdad y la discriminación alcanzó un punto culminante de carácter legislativo, cuando los derechos de la infancia se convirtieron en legislación internacional. Fue el tratado internacional más rápidamente ratificado, y establece obligaciones muy concretas a los Estados "para que aseguren la supervivencia, el desarrollo y la protección de la infancia".

Uno de los objetivos prioritarios de Unicef a lo largo de su historia ha sido la defensa del derecho de educación. En 1998, Unicef subrayó que 132 millones de niños y niñas de todo el mundo (dos tercios de los cuales son niñas) no acudían a la escuela primaria, iniciando, a partir de entonces, una gran cantidad de proyectos innovadores para facilitar el acceso a la escuela.

Unicef lucha muy especialmente contra el VIH/sida infantil en todo el mundo, la pobreza y el hambre, con el objetivo de reducir significativamente las cifras de mortalidad infantil. Trabaja por conseguir la educación primaria universal, promueve la igualdad entre los géneros, lucha contra la enfermedad, procura la sostenibilidad medioambiental y establece alianzas para el futuro. "El Objetivo de Desarrollo del Milenio", dice Unicef, "propugna una alianza mundial para el desarrollo, y hace una llamada a reducir la pobreza y asegurar a los jóvenes el acceso a un trabajo productivo en condiciones dignas".

Todos esos objetivos han concitado la solidaridad con el trabajo de Unicef en todo el mundo. En España le ha sido concedido el Premio Príncipe de Asturias 2006 a la Concordia.

Ahora los lectores de EL PAÍS, por esta vía del sorteo solidario, tienen también la oportunidad de colaborar en un juego que para ellos puede tener la alegría de un premio concreto, y la alegría aún mayor de contribuir a una de las causas más justas entre todas las que hay abiertas en el mundo.

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