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Reportaje:

Una parodia del consumismo

Ernesto Caballero convierte 'Auto' en una comedia corrosiva

Auto, de Ernesto Caballero, que se estrenó anoche en el teatro Bretón de los Herreros, de Logroño, es uno de los textos emblemáticos de Ernesto Caballero, dramaturgo español al que en más de una ocasión se le ha adscrito a la generación bocadillo. Aquella de la que forman parte autores que, como él, hoy están en torno a la cincuentena y su carrera profesional se ha desarrollado asfixiada por la generación anterior, en la que destacan nombres como José Sanchis Sinisterra, Fermín Cabal y Alonso de Santos, entre otros, y la posterior con carreras brillantes como las de Sergi Belbel o Juan Mayorga.

La obra recibió hace 14 años el Premio de la Crítica de Madrid y fue muy bien acogida aun cuando no se viera mucho. Con lo que se convirtió en uno de esos montajes de culto. "Demasiado de culto", dice su autor. "La verdad es que se me había quedado la espina y ahora vi claro que era el momento de lanzarla porque se daban unas circunstancias idóneas en cuanto a equipo y reparto y me ha gustado hacer una reescritura". En el montaje de hace 15 años estaba potenciado el elemento más simbolista, metafísico y barroco, con referencias a la música de Bach, y ahora se ha inclinado por la comedia más corrosiva. "No es que sea más provocador, pero está más apegado a la tierra", comenta Caballero, quien se muestra de acuerdo en situar esta obra entre la comedia satírica, un auto posmoderno o una reconstrucción policiaca aunque de manera parodiada.

La clase media

La obra que ahora ha revisitado con su compañía Teatro del Cruce y escenografía de José Luis Raymond, cuenta con un reparto formado por Carmen Machi, Vicente Díez, Marisol Rolandi y Eva Santolaria. Caballero ha querido que ellos cuatro sean muy representativos de la clase media española: "En ellos están exacerbados esos componentes del consumismo, las modas, las obsesiones y la publicidad, hasta el punto de que los personajes han incorporado los tópicos y los clichés de la publicidad; un discurso impuesto por la sociedad de consumo que terminan reconociendo".

Los cuatro personajes se ven obligados a reconstruir un pequeño accidente y para ello se autoindagan: "Simultáneamente, van descubriendo un cierto sinsentido de su existencia", comenta Caballero, que el año pasado triunfó con Sainetes, de don Ramón de la Cruz, con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, obra que ahora repone al tiempo que prepara un montaje con un texto de Juan Mayorga, así como la dirección de Las visitas deberían estar prohibidas por el código penal, que estrenará en un par de meses en el Centro Dramático Nacional. Auto, que permanecerá en Logroño hasta mañana, inicia su gira nacional con actuaciones en Granada y Alcalá de Henares.

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