Los esclavos del siglo XXI
La globalización económica se traduce en el movimiento de bienes, servicios e información. Pero también supone que la gente se desplaza o es desplazada. La manifestación más alarmante de estos movimientos se encuentra en las redes de tráfico de personas, una forma de esclavitud del siglo XXI que afecta especialmente a las mujeres y los niños. Contribuyen positivamente a nuestras economías y sociedades.
No podemos defraudar a estas personas. Nos encontramos con la cara humana de la globalización en nuestra vida diaria, en nuestras comunidades y entre los que arriesgan sus vidas dejando sus hogares para buscar más y mejores oportunidades. Reconocer nuestra humanidad común en los rostros de los inmigrantes nos debe inspirar para reafirmar nuestra dignidad común más allá de nuestras fronteras.