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La campaña electoral catalana

Mas afirma que el apoyo de CiU a los Presupuestos no busca la 'sociovergencia'

El Colegio de Periodistas y Francino denuncian el uso indebido de imágenes en el vídeo de CiU

Artur Mas apeló ayer a no sacar conclusiones precipitadas de la retirada de su enmienda a los Presupuestos Generales del Estado para 2007, el martes en el Congreso, y afirmó que este guiño al PSOE no vaticina un Gobierno de coalición en Cataluña con José Montilla tras el 1 de noviembre. El resto de los partidos opinó exactamente lo contrario y acusaron a Mas de intentar allanarse el camino de la investidura buscando el apoyo del PSOE. "Dejaos de historias. No aspiramos a firmar un pacto de Gobierno con los socialistas en Cataluña", proclamó el candidato nacionalista en la cadena SER. En esta entrevista, Mas y Carles Francino se enzarzaron en una tensa conversación por la aparición del periodista en el polémico vídeo electoral de CiU.

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CiU dice aspirar a gobernar en solitario la próxima legislatura en Cataluña, mediante acuerdos concretos con el resto de formaciones parlamentarias. Para culminar este deseo necesita no sólo ganar el 1 de noviembre sino conseguirlo con una abultada ventaja sobre Montilla. Y Mas está tan seguro de lograrlo que descarta a sus posibles socios uno por uno. Ante notario lo hizo el lunes respecto al PP. Ayer, respecto a los socialistas, por la mañana en un acto con empresarios y por la tarde en la cadena SER, aunque Mas precisó que con Montilla le gustaría "hacer algo importante". El democristiano Josep Antoni Duran se pronunció en similares términos que su compañero de filas y dijo que cualquier especulación sobre una posible sociovergencia es "pasarse de rosca".

No obstante, Mas sí expresó su deseo de que su apoyo a las cuentas del Estado para 2007 facilite una mejor interlocución entre su partido y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con vistas a la próxima legislatura catalana y el resto de la española. Los nacionalistas aspiran a convertirse en el socio prioritario del PSOE en el Congreso y, si es posible, formar un Gobierno de coalición en Madrid. Pero para ello ya han advertido a Zapatero que cuatro años en la oposición obstaculizaría este propósito. Un aviso para navegantes ante la tentación de Montilla de reeditar el tripartito si las tres formaciones de izquierda obtienen escaños suficientes.

Si la posible alianza, conocida como sociovergencia, no gusta al menos públicamente a los dirigentes de CiU ni a los socialistas, en el resto de formaciones políticas catalanas tampoco despierta demasiadas simpatías.

El popular Josep Piqué se mostró "preocupado" por un eventual pacto CiU-PSC porque, a su entender, convertiría la política catalana en "irrespirable", con un clima "aún más acomodado del poder". Sin embargo, el candidato del PP catalán no se mostró muy extrañado por esta posibilidad pues, dijo, en la presente legislatura ha habido indicios, como la crisis del barrio del Carmel -tras hundirse un túnel de maniobras del metro- o la polémica del 3%, sobre presunta financiación irregular de CiU.

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En el otro extremo del arco parlamentario, el candidato de Iniciativa per Catalunya-Esquerra Unida, Joan Saura, consideró que cualquier pacto que vincule a CiU supondría abrir las puertas de la Generalitat a los sectores "más neoconservadores" de la sociedad que buscan "limar las libertades e imponernos su moral y sus creencias". La advertencia de Saura iba dirigida no sólo a los socialistas sino también a ERC.

Los republicanos tampoco se sintieron extrañados por los rumores sobre un pacto entre convergentes y socialistas y Josep Bargalló, ex conseller en cap, dijo que esta posibilidad ha sido "un fantasma" que siempre "ha planeado" en la política catalana. Bargalló puso el ejemplo del martes en el Congreso, el freno a la oficina antifraude de la Generalitat que, según Esquerra, incomodaba a los ayuntamientos de ambos partidos mayoritarios, o la paralización de determinadas políticas sociales que querían llevar a cabo en el ya extinto tripartito.

Los socialistas catalanes, por el contrario, mantuvieron un elocuente silencio y se esforzaron en restar trascendencia al acuerdo entre CiU y Solbes sobre los Presupuestos. CiU, por el contrario, vendió como un triunfo, y un desplante en toda regla a Montilla, el acuerdo alcanzado entre CiU y el ministro de Economía, Pedro Solbes, en el Congreso. Para CiU, el pacto supone poner "el contador a cero" sobre el cálculo de las inversiones en Cataluña porque la fórmula deberá acordarse entre el Gobierno central y el que salga en Cataluña. Y tanto Mas como Duran ya se ven en uno de los lados de esa mesa negociadora.

Mas así lo dijo en una entrevista en la SER, en la que participó junto a los periodistas Carles Francino, Gemma Nierga y Àngels Barceló. En esa entrevista, Mas y Francino mantuvieron una dura discusión sobre la aparición de éste en el polémico vídeo de propaganda electoral de los nacionalistas. El presentador de Hoy por Hoy anunció que estudia recurrir a los tribunales por la utilización sin permiso de su imagen en el DVD. El líder de CiU le retó a hacerlo: "Hágalo, tiene todo el derecho".

Ayer, el Colegio de Periodistas de Cataluña también salió en defensa de los profesionales de TV-3 y su junta de Gobierno criticó, en un comunicado, que los partidos políticos "utilicen los servicios públicos para sus intereses partidistas" y acusó a CiU de "sacar fuera de contexto una tarea puramente informativa para convertirla en una herramienta de propaganda".

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