Referencias vagas a la financiación

"Uno podría pensar que esta es una ley apropiada para decir algo concreto sobre financiación. Pero no se dice nada. Más allá de que las universidades la recibirán. Pues claro, y también tenemos que comer todos los días. Pero, ¿a qué nivel se financiará?, ¿en qué sentido?, ¿con qué proporción? No se dice nada".

En el proyecto de ley del sistema universitario sólo aparecen vagas referencias al dinero que reciben las universidades. Un asunto que debido a las dificultades y los retrasos del Consell para hacer frente a sus obligaciones provoca encontronazos regulares con los dirigentes académicos. Un ejemplo: los rectorados recibieron hace un par de semanas la transferencia ordinaria -la que sirve para pagar las nóminas de los profesores y del personal de administración y servicios- correspondiente al mes de agosto. En 2005, dejaron de recibirlas a mediados de octubre, lo que obligó a las universidades a endeudarse pidiendo créditos bancarios para pagar a sus trabajadores. El Consell transfirió las sumas atrasadas -sin intereses- a principios de año. Los rumores que circulan por los rectorados no hacen pensar que este curso vaya a ser mejor.

Problema estructural

Los problemas de la Generalitat para hacer frente a los pagos a las universidades es repetido y afecta a todos los órdenes. En el último minuto -la tarde anterior de que el presidente Camps abriera el curso académico en la Universidad Jaume I de Castellón- el Consell firmó el "convenio de desarrollo del protocolo" para la construcción de infraestructuras docentes, que se había firmado un año antes por valor de 158 millones de euros. La fórmula adoptada para realizar las inversiones, que supone privatizar parcialmente los nuevos edificios, no convenció a ningún rector. "Pero esto es lo que hay", dijo entonces uno de ellos.

Hace un año, sin embargo, Camps también firmó con los dirigentes universitarios otro protocolo de infraestructuras, en este caso de investigación, del que hasta ahora el Gobierno valenciano sólo ha librado calderilla. Y no ha firmado ningún convenio de desarrollo.

Para cerrar el círculo: El modelo de financiación ordinaria de las universidades se agotó en el año 2003 y vive desde entonces enlazando una prórroga tras otra. La última retrasó prudentemente la creación del nuevo modelo hasta finales de 2007, una vez celebradas las elecciones autonómicas de mayo.

Lo más sorprendente, o no, es que justo antes de ser nombrado consejero de Empresa y Universidad, Justo Nieto, como rector de la Politécnica de Valencia, fue uno de los cabecillas del frente común de las cinco universidades públicas que exigió el establecimiento de un nuevo modelo de financiación. Los rectores firmaron un documento con sus demandas. Casi inmediatamente, Nieto se integró en el Consell. Y cuando sus ex compañeros le pidieron que aplicara el documento de financiación, contestó que no había dinero.