El comité asesor de la UE para el centro de neutrones evalúa la opción de Bilbao

La comisión asesora del Foro Estratégico Europeo para las Infraestructuras de Investigación (ESFRI), un grupo de expertos que asesora a la UE sobre el proyecto de la Fuente de Espalación Europea (ESS) llegarán el próximo día 17 a Bilbao para estudiar sobre el terreno las condiciones que reúne su área metropolitana para acoger esta gran instalación científica. Este centro de investigación con neutrones supondría un inversión de 1.200 millones y acogería un millar de investigadores.

La visita de evaluación del comité que asesora a la Comisión Europea sobre los grandes centros de investigación es el segundo escalón que debe superar la capital vizcaína para afianzar su candidatura. El primer paso se dió en febrero, cuando el Gobierno español defendió formalmente ante el ESFRI en Bruselas la opción del área metropolitana de Bilbao. La delegación estuvo encabezada por el director general de Política Tecnológica del Ministerio de Educación y Ciencia, José Donce, a quien acompañaron el director de Tecnología y Sociedad de la Información del Gobierno vasco y tres de los científicos que promovieron el proyecto en Euskadi hace ya seis años, Manuel Tello, de Facultad de Ciencias de la UPV, Fernando Legarda, de la Escuela de Ingenieros, y Francisco Albisu, de la empresa Sener.

Los integrantes de la comisión asesora del ESFRI tienen previsto visitar el área científico-tecnológica formada por los centros de la UPV en Bilbao y Leioa y el Parque Tecnológico de Zamudio, que acoge a empresas y centros de investigación avanzada. La relación estrecha de la Fuente de Espalación con centros científicos y empresas que obtengan aplicaciones de esa gran instalación es uno de los factores esenciales para determinar su ubicación. Alemania, Reino Unido, Suecia y Hungría compiten con la capital vizcaína. En la actualidad sólo existen dos centros similares en todo el mundo, en Estados Unidos y en Japón, ambos en proceso de construcción.

Múltiples aplicaciones

La llamada espalación es una de las dos formas conocidas hasta ahora para la obtención de los neutrones. A diferencia de un reactor nuclear, el otro método disponible, aquél no genera ningún tipo de radiación. El procedimiento consiste en bombardear con protones el núcleo de un metal semipesado. Esto hace que ese núcleo suelte neutrones. La observación de los neutrones y de su interacción con otros materiales mediante sofisticados instrumentos ofrece avanzadas utilidades. Primero, en el campo de la investigación pura, pero además tiene numerosas aplicaciones industriales y médicas, como la terapia contra distintos tipos de cáncer, o el análisis estructural de alimentos o materiales en campos como la ingeniería, la aeronáutica, la automoción o la electrónica.

Las administraciones central y vasca apuestan decididamente por conseguir que la Fuente de Espalación Europea se construya en el área de Bilbao. Esta posibilidad sobrevino cuando ambas partes habían alcanzado ya un acuerdo político para instalar en Euskadi un centro de experimentación de neutrones de dimensión nacional. Se formalizó el año pasado en la negociación del PNV con el Gobierno central para los Presupuestos del Estado de este año, que ya consigna una partida de 10,5 millones de euros para ese centro. Sin embargo, las dos administraciones coinciden en no dar ningún paso hasta conocer la decisión europea sobre el ESS.

En el caso de que el centro de espalación fuera de alcance nacional, se requería una inversión de 330 millones de euros y contaría con una plantilla científica formada por alrededor de cien personas. De conseguirse la instalación de ámbito europeo, la inversión se multiplicaría por tres, hasta alcanzar los 1.200 millones de euros, y daría trabajo estable a unos 1.200 investigadores.

Un centro de esta importancia daría un empujón decisivo a la apuesta hecha por la Administración vasca por la investigación y el desarrollo en campos como la biotecnología, la biomedicina y los nuevos materiales.