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El primer ministro irlandés se disculpa por aceptar grandes sumas de dinero

Bertie Ahern, primer ministro de Irlanda desde hace nueve años, pidió ayer disculpas en el Parlamento por haber aceptado préstamos y donaciones por valor de más de 60.000 euros entre 1993 y 1994, cuando era ministro de Finanzas. A pesar de sus disculpas, Ahern insistió en que todo fue legal porque nunca recibió el dinero en virtud de su cargo, sino que le fue entregado por amigos a título personal en un momento en que pasaba dificultades económicas debido a su separación matrimonial.

Aunque la oposición ha intentado derribar a Ahern aprovechando el escándalo, éste sigue contando con el apoyo de su propio partido, el Fianna Fail, y también de sus socios de Gobierno, los Demócratas Progresistas.

En una declaración de 15 minutos en el Parlamento, seguida de un pequeño debate, Ahern defendió la legalidad y la ética de su comportamiento, tanto al aceptar las donaciones de sus amigos por 50.000 euros como, quizás más polémico, al aceptar que le gratificaran con 12.000 euros tras intervenir en un coloquio en Manchester. Ahern detalló ayer en especial esta última operación. Explicó que había ido a Manchester por su cuenta para ver al Manchester United, algo que en aquellos años hacía unas seis veces por temporada. Él se pagó el viaje y el alojamiento, ningún funcionario preparó las palabras que pronunció en una cena-coloquio en un hotel de la ciudad ante 25 comensales y el dinero que le dieron no había sido solicitado de antemano, no lo esperaba y, quizás crucial, la cantidad recibida no superaba el límite que le hubiera obligado a pagar impuestos. "Creo que conocían las dificultades personales que atravesaba en ese momento", dijo para explicar el hecho de que le pagaran a pesar de que se trataba de un coloquio informal en el que la audiencia estaba formada sobre todo por conocidos suyos después de numerosísimas visitas a la ciudad.

Ahern, que este fin de semana devolvió con intereses el dinero que le habían prestado sus amigos, pero no el que le pagaron en Manchester, admitió al final de su declaración que en los últimos días se ha dado cuenta de que "fue un error" aceptar aquel dinero. "Fue un error de juicio, aunque no quebranté ninguna ley ni código ético en aquel momento. Lamento aquellas decisiones en aquellos momentos difíciles y oscuros", dijo, y acabó pidiendo disculpas por ello al pueblo irlandés.

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