Amenazado de muerte un profesor francés por criticar al islam
Robert Redeker, profesor de Filosofía y ensayista, ha recibido amenazas de muerte y se encuentra bajo protección policial, prácticamente viviendo en la clandestinidad, a causa de un artículo publicado en el periódico Le Figaro el pasado 19 de septiembre en el que criticaba el islam y al profeta Mahoma. Redeker, que enseña Filosofía en el liceo de Saint Orens de Gameville, en el suroeste de Francia, se ha visto obligado a dejar de impartir clases y abandonar su domicilio a causa de las amenazas de muerte que recibe. Fuentes de los servicios de información franceses aseguran que varias páginas web y foros de discusión islamistas en inglés le califican de "cerdo", publican su foto, su dirección y un mapa para acceder a su domicilio.
Redeker publicó el artículo titulado Frente a las intimidaciones islamistas en la estela de la polémica sobre el discurso del papa Benedicto XVI, en Ratisbona, en el que citaba la opinión crítica de un emperador bizantino del siglo XV respecto a la doctrina de Mahoma. El ensayista francés iba más lejos y calificaba al profeta de ser un "jefe guerrero sin piedad, practicar el pillaje, masacrador de judíos y polígamo". Y añadía: "El islam es una religión que en su mismo texto sagrado, así como en muchos de sus ritos banales, exalta la violencia y el odio". La edición de Le Figaro con el artículo de Redeker fue censurada en Túnez y Egipto.
Defensa de Villepin
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, calificó ayer de "inaceptables" las amenazas de muerte. "Estamos en una democracia. Cada uno debe poder expresarse libremente, por supuesto en el respeto de los demás. Es el único límite que debe aceptarse a esta libertad", dijo. Villepin añadió que hay que poner atención en que "el respeto de la opinión de los demás sea total en nuestra sociedad". Pero el titular de Educación, Gilles de Robien, aunque se declaró "solidario" con el profesor, apuntó que "un funcionario debe mostrarse prudente, moderado y alerta en todas circunstancias".
Redeker, por su parte, explicaba que vive como un "clandestino". "Soy como un prisionero, no tengo la libertad para ir y venir, y me siento abandonado en la medida de que no he recibido ninguna ayuda logística del Ministerio de Educación". Y a Gilles de Robien le recordaba: "Si este principio de moderación se hubiera aplicado no habría habido vida intelectual en Francia, en la medida en que muchos de los pensadores eran funcionarios". "El papel de un político", añadía, "no es decir lo que debemos pensar, sino proteger la libertad de expresión".
El presidente del Consejo del Culto Musulmán de Francia y rector de la mezquita de París, Dalil Boubakeur, también condenó las amenazas de muerte y acusó a sus autores de "hacer el juego" a quienes critican el islam. "Condeno la violencia física y verbal", añadió, "no son los musulmanes quienes le amenazan, son los extremistas, los radicales, debemos dejarles la entera responsabilidad de sus amenazas, no nos representan en ningún caso".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.