Correspondencias que no cesan
Son cinco las videocartas entre Erice y Kiarostami que el público ha podido ver. El regreso de Erice al jardín donde rodó El sol del membrillo; la respuesta de Kiarostami, inquietante plano de la piel de una vaca; los niños de un colegio extremeño viendo una película de Kiarostami, ¿Dónde está la casa de mi amigo (1987); un pastor y su rebaño en tierras de Irán; y un pastor llamado José, conectado a un iPod, comentando las costumbres de su homólogo iraní. La sexta carta, tercera respuesta de Kiarostami, se podrá ver en París. El director iraní no quiere desvelar su contenido, aunque sí cuenta cómo prepara sus misivas. "Cada vez que recibía una carta de Erice, sentía la urgencia de responderle. Escribía un pequeño sketch de lo que quería rodar, y después empezaba a pasear hasta encontrar la localización. A partir de entonces, el impulso se apoderaba de mí y elegía por sí mismo cómo hacer las cosas", explica vía e-mail. Al conocer el número de visitantes que recibió la muestra, declara: "Uno siempre quiere que se produzca un éxito como éste, pero no se lo espera".
Aprovechando la coyuntura, pedimos a los dos directores que mantuvieran una pequeña correspondencia con periodista interpuesto. Solicitamos que cada cual nos enviara por mail una pregunta destinada al otro. Éste es el resultado de este ciberdiálogo a oscuras: ninguno de los dos conoce aún la respuesta a su pregunta.
Abbas Kiarostami. ¿Te estás cuidando para que podamos continuar con nuestras correspondencias hasta que los dos cumplamos 100 años?
Víctor Erice. Claro que sí. Pero quizá el mejor modo de cuidarse sea descuidarse, olvidarse de uno mismo.
V. E. Abbas ¿cómo va la película?
A. K. No hay gran cosa que contar... He estado viajando mucho, zanganeando (como tus abejas), pero no acabo de aclararme (como el filósofo).
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