Hiroshima
Debo decir que me llamó mucho la atención que en la publicación del martes 26 de septiembre, en la sección de Opinión, firmando Ángel Rupérez una columna titulada Armas de destrucción masiva, se da cita de la detonación de la primera bomba atómica el 6 de agosto de 1946, cuando es ampliamente sabido que este hecho dio origen al armisticio de Japón y al fin de la II Guerra Mundial en 1945, la detonación fue el 6 de agosto, pero del 1945. Y lo vuelve a mencionar más adelante en el mismo artículo, además de recordar la experiencia "hoy 60 años después". Lo más curioso del asunto es que en la edición del miércoles no se hace ninguna mención a la errata.
Me parece digno de anotar en mi libreta de anécdotas el hecho de que los no sé cuántos lectores de esta publicación no reparáramos en señalar un fallo tan obvio; indudablemente, a muchos le habrá brincado, pero nadie lo señaló. Quizá este escepticismo es un síntoma de nuestros tiempos.
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